La sostenibilidad se viste por los pies

Raquel Jiménez es una fisioterapeuta que, tras haber trabajado en hospitales y clínicas, decidió dar un giro a su carrera para dedicarse al emprendimiento. Fueron unos problemas con el arco plantar, y su dificultad para encontrar zapatos cómodos, lo que le llevó a tomar las riendas de un negocio que cubriera este vacío, uniendo al modelo de negocio una inquietud medioambiental. Así, en marzo de 2007 montó Ecozap, una tienda de zapatos "vegetarianos, veganos, o reciclados", es decir, elaborados con materiales o métodos de producción sostenibles. "Un día entré en una tienda ecológica y vi unos zapatos cómodos y que además, eran bonitos", dice Jiménez. A partir de ahí decidió aunar ambas tendencias, moda y sostenibilidad, en una tienda que tuvo tres fases, que representan bastante bien la evolución de muchas pymes durante estos años. Al principio, "vendía por catálogo", explica Jiménez, y, "aunque bastante gente me llamaba, lo cierto es que todo el mundo quería probarse los zapatos".

La tienda que abrió en el madrileño barrio de Chueca se mantuvo activa durante tres años. En 2009 decidió cerrar la tienda física y trasladar el negocio a ecozap.es, la versión "online" de la tienda. "Te permite adaptarte mejor a las necesidades de la gente. Por ejemplo, si quieren zapatos de tacón, les traemos zapatos de tacón. Antes, con la tienda física, eran los clientes los que se tenían que adaptar a tu tienda", dice Jiménez. Ahora, Ecozap vende tanto a usuarios particulares como a tiendas interesadas en tener unos cuantos pares disponibles de zapatos "eco-friendly".

Hecho en España

"Intentamos que todo sea sostenible, ecológico y local. Casi todo lo que traemos está hecho en la Península y, cuando lo traemos de fuera, por ejemplo, una marca brasileña con la que trabajamos, para compensar ese componente social y de gasto energético, tratamos que sea de comercio justo", explica esta emprendedora. Otra de las características del comercio por internet es que hay que ofrecer envío gratuito, pero, en caso de los zapatos, también devolución. "La gente se lo piensa mucho a la hora de comprar algo así. Quieren que les sirva para el trabajo, pero también para pasear, que sea bonito... Hay que ponérselo fácil". Además, Ecozap no sólo distribuye, sino que también vende con su propia marca.

"Tenemos sandalias y zapatillas planas, de lino, algodón y esparto, de la marca Ecozap, que son sin pegamento, ya que nos empeñamos en no usarlo por lo contaminante que es. No nos involucramos mucho en la producción, aunque sí que es verdad que a algunos productores les decimos que fabriquen unos zapatos en negro y no sólo en marrón porque se venderán mejor, por ejemplo", explica Jiménez.