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Lunes, 8 de julio 2019
Cuando la doctora Juana Crespo terminó su carrera de medicina tuvo claro que trabajaría el resto de su vida para ayudar a tener hijos a aquellas parejas, o mujeres que de manera natural no consiguen concebir un hijo. Lleva 30 años embarazando mujeres, ayudando a crear vida, estudiando y luchando sin descanso por el derecho a ser padres de las personas que lo desean y la naturaleza no se lo permite. Empezó su pulso con la naturaleza en 1985 desde la primera Unidad de Medicina reproductiva en el Hospital Universitario La Fe de Valencia. Creó Peñisalud en 2010, un centro de servicios integrales para el cuidado de la mujer. Y su afán por ayudar a dar vida le llevó a crear en 2014 su proyecto más personal: Equipo Juana Crespo.
Es un centro de más de 2000 metros cuadrados especializado en medicina reproductiva de alta complejidad, un lugar dotado con laboratorios y equipos de última generación y la tecnología más avanzada del sector, junto al mejor equipo humano: especialistas en funcionalidad del útero como la Dra. Fortuño, en alteraciones en funcionalidad ovárica como la Dra. Pau o en cirugías reparadoras de la fertilidad como el Dr. Gómez. Así hasta un total de 70 profesionales formados y comprometidos con el sueño de ser padres trabajan en este lugar.
«El trabajo duro, sin descanso es lo que consigue las mejores tasas de éxito de embarazo en las pacientes de alta complejidad» señala la Directora Médica de Equipo Juana Crespo, la Dra. Crespo. Más del 40% de las pacientes que acuden a la clínica de reproducción tienen más de 40 años, un 35% llega con baja reserva ovárica, pocos óvulos y de mala calidad, un 80% proviene de tratamientos previos en otros centros, un 32% de sus pacientes llega a sus manos con fallos de implantación, entre 4 y 15 embriones y todas, absolutamente todas, agotadas psicológicamente por los reiterados negativos obtenidos en sus tratamientos hasta ese momento.
En Equipo Juana Crespo se trabaja con admiración por la vida, el trabajo y la ciencia. Cada pareja o mujer que entra en la clínica es un reto para todo el equipo de profesionales. Buscan el origen del problema y explican como tienen que empezar a trabajar para ir encontrando soluciones, ganar el pulso a la infertilidad y lograr el ansiado positivo de los futuros papás. Las directrices son claras ser francos, directos y claros.
«El aparato reproductor de la mujer es como una orquesta, todos, absolutamente todos los instrumentos deben sonar bien, si solo uno, uno desafina, ya no suena como debe sonar. Exactamente igual nos pasa a las mujeres, como algo de nuestro aparato reproductor no esté como tiene que estar no se logra el embarazo, por eso primero necesito «poner guapa a la mujer» dejar perfecto su aparato reproductor para que todo funcione correctamente, que nada desafine y lograr el embarazo» afirma Crespo.
La clínica de reproducción especializada en alta complejidad ofrece un modelo de excelencia asistencial basado en la absoluta personalización de los tratamientos. Está dividida en tres grandes áreas: la zona de consultas, con sus respectivas salas exploratorias dotadas de ecógrafos 3D y 4D sistema doppler y vocal, la zona de hospitalización, que cuenta con habitaciones privadas con sus respectivos baños y dos quirófanos completos, y el área FIV, con sus laboratorios independientes de FIV, andrología, PGD y criopreservacion, donde se trabaja con la tecnología más puntera del sector.
Equipo Juana Crespo es un lugar donde día a día se trabaja por y para la mujer, donde se genera medicina de vanguardia, donde se lucha sin descanso contra la naturaleza para que ninguna persona se quede sin ser madre o padre porque nadie le advirtió que la fertilidad no era eterna.
Llegué a manos de la doctora Crespo hace siete años con veinte embriones transferidos y cinco ciclos de estimulación. Lo había intentado todo, absolutamente todo, acupuntura, yoga hormonal, y cualquier cosa que pudiese ayudar a mi fertilidad, estábamos desesperados.
Mi pareja y yo no concebíamos tener hijos que no fuesen biológicos, pese a las dificultades que suponía la calidad de su semen y mi ovario poliquístico. Estábamos empeñados en ser padres con nuestra genética y sentí la necesidad de ir de Madrid a Valencia para contarle mi caso a la doctora Crespo. En la primera visita, cuando oí «creo que sé lo que te pasa», el corazón me dio un vuelco. Nos explicó que yo tenía un problema en el miometrio, por lo que el embrión no se «agarraba». La doctora me informó que debía someterme a una pequeña operación, pasar por un ciclo de estimulación y realizar un diagnóstico genético a los embriones. Me dijo que hasta que no estuviera «guapa» no podría embarazarme.
Salí hundida de la consulta. Pasar por quirófano era algo que no me había planteado, pero la doctora parecía tenerlo muy claro. La forma en la que Crespo nos explicó todo el tratamiento nos dio mucha confianza. Tanta que decidimos seguir nuestra lucha para ser padres junto a ella, de su mano. Con ella conseguimos nuestro primer «super positivo». Mi marido y yo nos reencontramos al saber que teníamos un hijo nuestro, un hijo biológico, fruto del buen hacer y de la profesionalidad de la doctora Crespo. Ella pone el corazón, lucha contigo, pero siempre para pisar en firme convencida de todo lo que hace.
Tal fue nuestra alegría de ser padres que repetimos tratamiento e intervención para darle a nuestro primer hijo, Lucas, una hermanita. Así llegó Ana. Y dos embriones más que están esperándome en la clínica Equipo Juana Crespo.
Cuando a los veintiséis años me quitaron una trompa y un ovario, mi ginecólogo no me informó que mi fertilidad se vería comprometida. Después de estar intentando quedar embarazada durante casi dos años y medio, me puse en contacto con la doctora Crespo. Nadie me dijo nunca que no podría tener hijos de manera natural, ella fue la primera, me dijo explicándome de forma clara y directa cual era mi problema, sin paños calientes, sin rodeos. «Cristina tienes un tercio de tu aparato reproductor, hay mucho trabajo por hacer pero confía en mi que yo te voy a embarazar» me dijo.
Fue un proceso muy duro, por las estimulaciones, las fiv, las transferencias. Vives cada etapa con una enorme ansiedad. Los hijos que para otros son su mayor felicidad para ti no tenerlos se convierte en tu mayor desgracia, te aíslas socialmente y supeditas toda tu vida al proyecto de ser madre, se vive con angustia permanente. Por eso cuando después de tanto sufrir consigues tu bebé, no hay alegría comparable, te sientes llena, feliz. Juana me ha demostrado que es una excelente profesional y en el camino he descubierto que además es una gran persona.
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