Las memorias de la exdirectiva de Facebook que Mark Zuckerberg no quiere que leas

A Meta, una de las empresas tecnológicas más poderosas del mundo, le ha venido por sorpresa la aparición del libro 'Careless People' ('Personas descuidadas', aún no traducido en España), publicado por la editorial estadounidense Macmillan, y con una autora que quizá a Mark Zuckerberg le sonaba más de lo que a él le gustaría: Sarah Wynn-Williams. Sus memorias tienen el subtítulo 'A Cautionary Tale of Power, Greed, and Lost Idealism' ('Una historia con moraleja sobre el poder, la codicia y el idealismo perdido'), que nos da pistas de por qué la cúpula directiva de la compañía tiene ahora a Wynn-Williams como su enemiga número uno.

Con un estilo ameno y divertido, Wynn-Williams nos da un acceso privilegiado a las entrañas de Facebook, ese gigante que pasó de humilde red social de ámbito universitario a convertirse en una de las plataformas más utilizadas en todo el globo. Wynn-Williams trabajó allí más de seis años, etapa que terminó, según ella, cuando fue despedida después de reportar a recursos humanos casos de acoso que querían ocultar (aunque la compañía esgrimió como razón para prescindir de ella un supuesto descenso de su rendimiento productivo).

Nacida y criada en Nueva Zelanda, Wynn-Williams había trabajado en las Naciones Unidas y como diplomática en la embajada neozelandesa en Washington, y estaba interesada en derechos humanos y cuestiones medioambientales. En su libro, refleja su profunda decepción, 14 años después del comienzo de su andadura en Facebook, con una empresa que había idealizado profundamente como posible herramienta de liberación política. Se refiere a Zuckerberg como un hombre que cambia profundamente sus intereses al llegar al poder: abandona su trabajo de ingeniería informática para invertir todo su tiempo en empresas políticas. La autora da a entender que sus posturas políticas son problemáticas, empezando por su adoración a Andrew Jackson, el presidente estadounidense famoso, entre otras razones, por el genocidio de pueblos nativos de Estados Unidos.

Los abogados de Meta han emprendido acciones legales contra la autora para que deje de promocionar el libro, porque parece ser que esta firmó un acuerdo con ellos de 'no menosprecio', y eso no encaja con que en su autobiografía cuente, por ejemplo, que como Directora de Políticas Públicas Globales en Facebook de 2011 a 2017, recibiera comentarios inapropiados por parte de su jefe directo, Joel Kaplan, Vicepresidente de Políticas Globales. Kaplan le decía que la veía «sensual» después de su embarazo, hacía comentarios incómodos sobre su marido, y realizaba preguntas inadecuadas sobre el cuerpo de Wynn-Williams. Esta también describe los frotamientos de Kaplan contra ella en un baile durante un evento laboral, y su insistencia en hacer videoconferencias mientras estaba de baja por maternidad. Wynn-Williams denunció este comportamiento a la compañía, pero Meta, tras realizar una investigación, se puso del lado de Kaplan.

Otro de los nombres que aparecen en 'Careless People' es el de Sheryl Sandberg, que fue directora operativa de Facebook hasta 2022. Según la autora, Sandberg le pidió a su asistente de 26 años que comprara prendas de lencería interior para ambas sin reparar en costes, que finalmente ascendieron a 13.000 dólares. En un vuelo de 12 horas en jet privado, Sandberg se queda en la única cama del avión, y exige a Wynn-Williams que se acueste con ella. Wynn-Williams no accede.

De acuerdo al libro, además de las numerosas anécdotas que vivió la exempleada que muestran la cultura del acoso prevalente en Meta, otra de las crisis internas de la compañía tuvo que ver con la ambición de Zuckerberg de abrirse hueco en el mercado chino. Para ello, se ofreció a colaborar con el Partido Comunista de China valorando la posibilidad de compartir los datos de los usuarios y de crear sistemas de censura alineados con los intereses gubernamentales.

Según Wynn-Williams, Zuckerberg quería cerrar este acuerdo a cualquier precio, y para ello, el CEO no tenía problema en mentir en su discurso de cara al público, como cuando compareció ante una comisión del Senado de los Estados Unidos en 2018, que le preguntó cómo iban estas negociaciones. El equipo de Zuckerberg le había asesorado con todo lo que él debía responder para que no saliera a la luz el núcleo de las conversaciones.

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