Nuestra primera palabra es siempre un acontecimiento; el despertar de nuestra voz, nuestro primer mensaje al mundo. Solemos entrar en ese mapa de sonidos con cuatro letras y a partir de ahí convertimos la voz en el principal elemento de comunicación de nuestro día a día. A hablar es una de las primeras cosas que aprendemos y una de las que más empleamos después. La voz se puede levantar, se puede dar, se puede correr o se puede incluso romper. Con ella se crean infinitos sonidos que acaban por dar forma a una gran fonoteca que ahora casi siempre se escucha con auriculares.
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El mundo de la voz, y con él el del audio, vive estos días un momento de esplendor. Un auge que se puede ver ya, o mejor dicho, escuchar, en millones de audios de whatsapp, podcast, audiolibros, nuevas redes sociales como Clubhouse o hasta en altavoces inteligentes a los que acabamos poniendo nombre. El consumo de todas estas nuevas maneras de comunicarnos se ha integrado ya en nuestra rutina diaria hasta el punto de que 1.000 millones de personas en el mundo escuchan podcast, la mitad de los internautas de España tiene un asistente de voz en el móvil y cada vez somos más exigentes con los auriculares que compramos. Pero, ¿por qué ahora nos gusta tanto escuchar?
La productora y consultora de podcast María Santonja, una de las voces más reconocidas del panorama del audio en España e impulsora de #Podwoman, cree que los nuevos estilos de vida, en los que necesitamos hacer varias cosas a la vez, se han convertido en grandes aliados del sonido. «El audio permite la multitarea. Nos libera las manos y la vista. El video tiene mucha presencia, pero la pantalla nos ha acabado saturando, sobre todo en un año de pandemia con videoconferencias, teletrabajo o videollamadas. En esta comodidad, el audio no tiene rival», asegura.
En un estudio sobre la voz en España publicado por la consultora Prodigioso Volcán, y basado en una muestra sobre la experiencia de 34 millones de internautas (las personas que han utilizado internet en el último año), un 50,5% de los encuestados utilizaba ya asistentes de voz como Siri, Alexa o Cortana, un 41,5% escuchaba podcast, un 29,4% está suscrito a una plataforma de música y un 27% ha escuchado alguna vez un audiolibro.
En la Comunitat Valenciana, la tendencia está al alza y ya es la segunda región en escucha de audiolibros (13,8% de internautas) por detrás de Andalucía, y la tercera en oyentes de podcast (14,5%).
Y es que el audio está ya en nuestro día a día. Lo está en los interminables audios de whatsapp que enviamos y recibimos a diario. Pero también en los podcast que a menudo nos acompañan en los desplazamientos al trabajo, o en la voz del GPS que nos guía para encontrar una dirección desconocida. También lo está en los mensajes de audio de Twitter y es la única manera de comunicarse en las salas de Clubhouse. Hasta Netflix, la gran plataforma de series y películas, ha empezado a probar una función para escuchar contenidos con la pantalla apagada, es decir, una función de solo audio. Pero, ¿qué papel desempeña el sonido en todas estas nuevas herramientas?
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Con más de 2.000 millones de cuentas en todo el mundo, Whatsapp es ya la segunda gran red social en número de usuarios y una de las herramientas de comunicación más usadas de nuestros días. Pero, desde 2013, al envío de mensajes de texto con nuestros contactos se han unido los interminables audios que enviamos y recibimos a diario. A no ser que seas un mecanógrafo profesional, hablar es más rápido que teclear, por lo que la agilidad y la velocidad a la hora de grabar un audio, junto con la posibilidad de hacerlo mientras realizamos otra actividad, han sido parte importante en el crecimiento de estas notas de voz. Dictarle un mensaje al móvil es más rápido, más cómodo y más directo que teclearlo. Y eso que la destreza de los más jóvenes con las teclas va en aumento, según un estudio publicado en 2019 por la Universidad de Cambridge. Los usuarios de smartphone son capaces de escribir 36 palabras por minuto de media, una cifra que aumenta si los que lo teclean son menores de 20 años (39,6 palabras por minuto). Pero nada comparable a la inmediatez de hablarle al teléfono, incluso mientras andamos por la calle o realizamos alguna tarea doméstica.
Buena parte de la culpa del momento dulce que vive el audio a nivel mundial la tienen los podcast. Aunque a día de hoy sigue habiendo debate acerca del concepto que engloba o no este tipo de programas radiofónicos, los podcast han llegado para revolucionar el mercado y la manera de consumir sonido. Los hay nativos digitales, pensados por y para ser un podcast, con temas que no caducan, no tan pegados a la actualidad, y que, además, no han pasado por la antena de una emisora. Pero también de formato tecnológico, como los programas de radio que se pueden escuchar en otro momento. La directora de Podium Podcast y una de las grandes expertas del audio en España, María Jesús Espinosa de los Monteros, asegura que a ambas cosas se les llama podcast, aunque reconoce cierto debate. La eclosión del podcast se refiere a la eclosión del formato nativo digital, temas que no están ligados a la actualidad, que se pueden consumir en 'long tail', seguir escuchando meses después. Puntualiza además que una de las grandes fortalezas de los podcast es el consumo a demanda, que permite tratar temas exclusivos y originales.
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El caso es que el consumo de podcast acumula una legión de más de 1.000 millones de oyentes a nivel mundial, según datos de Deloitte en el último informe de Podimo, y sólo en España, un 41,5% de los internautas ya los escucha. En otro plano, los podcast se han convertido en una herramienta periodística que vislumbra una esperanza para un sector ávido de conectar con la audiencia, con cada vez más canales. «No creo que vaya a ser la salvación del periodismo porque no hay que salvarlo de nada. Es simplemente una nueva manera de contar las cosas. Confluye con tendencias como la tecnología sin contacto, la manera de comunicarnos a través de la voz. El crecimiento del podcast es una de las líneas del periodismo. El periodismo sonoro era hasta ahora sólo la radio, pero los medios se han dado cuenta de que pueden emplearlo», asegura la directora de Podium Podcast.
En la escuela Barreira Arte y Diseño de Valencia, por ejemplo, ya se imparte el primer máster en podcast de toda España.
El crecimiento de este formato es indiscutible. Un 10,8% de sus consumidores los escucha a diario y entre sus fieles, un 55% los elige por la flexibilidad a la hora de elegir el momento en que los disfruta, mientras que un 11,5% lo hace por la comodidad de oír un programa sin cortes ni anuncios. En la Comunitat Valenciana, un 14,5% de las personas con acceso a internet reconoce que los escucha y la sitúa como la tercera región española en número de oyentes. Una inmensa mayoría (82,8%) los escucha a través del móvil y ya se han convertido en la banda sonora del camino al trabajo del 30,1% de los encuestados.
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Para María Santonja, productora de estos formatos, buena parte de la clave del éxito de los podcast está en la posibilidad de escucharlos mientras se hacen otras tareas. «El que empieza a escuchar podcast los integra en su día a día. Convierte las actividades que te planificas en algo más ameno», explica. Eso, unido a una mayor facilidad para hacerlos respecto a los vídeos, ha disparado su producción.
El confinamiento provocado por la pandemia fue, además, un momento de gran crecimiento para este formato. Según el informe sobre los hábitos de consumo de podcast en España en 2020 elaborado por la plataforma Spotify, un 38% de los encuestados empezaron a escuchar podcasts durante el confinamiento y el 45% de los jóvenes de entre 18 y 35 años se enganchó a este formato de audio durante la cuarentena. De hecho, la firma observó que los consumidores de audio ya no solo acudían a la plataforma para escuchar música, sino para encontrar nuevas formas de entretenimiento en casa. Curiosamente, la mitad del top 10 de podcasts más escuchados a través de Spotify tenían como temática el bienestar y la salud.
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Leer o que te lean. Esa es la cuestión. La digitalización de los libros no sólo trajo consigo los formatos electrónicos, sino también la posibilidad de narrarlos y hacerlos escuchables. Sin ir más lejos, esta semana la conocida editorial Penguin Random House ha empezado a incluir los audiolibros al mismo nivel de compra que los ejemplares físicos o los ebook.
En España, el incremento de este formato de lectura escuchada está experimentando un crecimiento en los últimos años, gracias al nacimiento y expansión de las plataformas en las que se alojan, como Audible, Storytel o Podimo. Según el último estudio de Prodigioso Volcán y SEIM, hasta un 27% de internautas escucha audiolibros, pero de ellos, siete de cada diez lo hacen de manera esporádica. Es decir, no tienen ese hábito.
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La Comunitat Valenciana es la segunda autonomía en el ránking de escuchantes de audiolibros, con un 13,8% de los internautas, sólo por detrás de Andalucía (17,9%). Un tercio de quienes los consumen lo hacen para poder hacer otras tareas a la vez, mientras que uno de cada diez lo hacen para no tener que leer y un 5% por problemas de vista. Los actores y actrices de doblaje han encontrado un nicho de mercado en la lectura de las obras más populares, sin embargo, para un 5% de oyentes, que la voz del narrador no les guste es un motivo para abandonar el libro.
La nueva red social de moda en la que la única manera de participar es a través de la voz. Como a todo club, a este también se accede por invitación de otro usuario y, de momento, sólo está disponible para quienes tienen un Iphone o un Ipad. La aplicación divide a los usuarios en ponentes y audiencia. Los primeros, hablan, los segundos escuchan, pero todos tienen posibilidad de estar en ambos bandos. Su implantación en España, desde enero de este año, está teniendo un crecimiento exponencial, con una gran capacidad de enganche para quienes llenan sus salas, divididas por temáticas. En Clubhouse se puede hablar y escuchar de todo y en sus dos primeros meses en nuestro país, las salas en castellano se multiplican. Ya hay programas despertador como los de la radio convencional, conciertos, presentaciones de singles, vermús virtuales o entrevistas. Todo en directo y sin que quede registrado. Un formato que ya ha comenzado a generar un fenómeno relativamente nuevo entre sus usuarios: el FOMO (Fear of Missing Out. Miedo a perderte algo) por la imposibilidad de elegir cuándo escuchar lo que nos interesa o de poder estar en dos conversaciones a la vez.
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«Oye, Siri, ¿qué tiempo hará hoy?». Esa parece ser la frase más pronunciada para usar los asistentes de voz que ya tienen nuestros teléfonos móviles y tabletas, o los altavoces inteligentes que ya colocamos en casa. La mitad de los internautas (más de 17 millones de personas) ya reconoce usar los asistentes de sus móviles, Siri, Cortana o Alexa, entre otros en su día a día y un 22% lo utiliza a diario para buscar cosas en internet, llamar, preguntar por el tiempo o usarlo como GPS. La Comunitat Valenciana cuenta con un 11% de internautas que utilizan un asistente de voz, la cuarta región de España. De ellos nos gusta que nos permiten seguir con nuestra vida cotidiana mientras ellos hacen cosas por nosotros y su rapidez.
Respecto a los altavoces inteligentes, su uso no llega todavía al 10% de los hogares y la mayor función que le encuentran sus usuarios es la de preguntar el tiempo (84%), que les lea las noticias (66%), hacer preguntas random (70,8%) o que su Google home les cuente un chiste (39%). Como curiosidad, a un tercio de sus usuarios les preocupa que su altavoz les espíe, pero un 75,3% lo tiene colocado en el salón, la estancia donde pasan el mayor tiempo, y el 28,3% lo coloca en el dormitorio…
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Con este boom del audio, cobran especial relevancia los diseños sonoros. Ese conjunto de ambiente, voz o música que convierten una simple conversación en una pieza casi artística. De ahí que la figura del técnico de sonido sea de gran importancia, de la mano del auge del podcast y el audiolibro.
Jose Olcina, ingeniero de sonido valenciano, está detrás de una de las producciones más escuchadas, El Podcast de Cristina Mitre, pero también del sonido de la Spanish Brass. Afincado en Valencia, ha sonorizado eventos tan importantes como la final de la Champions, o numerosos conciertos de primeras figuras del circuito musical. Ahora, afina al detalle las entrevistas del podcast para que el audio sea óptimo. «El sonido puede llegar a ser tan importante como el contenido. Un mal sonido puede estropear un podcast muy trabajado. Es un sentido más», explica. Y es que Olcina apuesta por darle una calidad al audio para profesionalizarlo, porque arreglar un mal sonido a posteriori es casi imposible.
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Pero el sonido, tal y como lo conocemos, va a cambiar en los próximos años. Claudio Serrano, conocido locutor y actor de doblaje, trabaja ya en grabaciones con sonido binaural para radio y publicidad. La grabación se realiza con una cabeza holofónica que permite conseguir un sonido envolvente, que se mueve, creando una experiencia inmersiva. El ya conocido como sonido en 3D se puede escuchar con cascos convencionales, pero apenas se aprecia en altavoces. En la actualidad, todavía se aplica poco, explica Serrano, porque su coste es todavía elevado, no sólo por el equipo que se necesita para su grabación, sino por la planificación que requiere, con un mapa de sonidos en el que se detallan aspectos tan relevantes como de dónde proviene cada ruido o cada voz. Sin duda, uno de los caminos del futuro del audio que agrandará la experiencia. De momento, aún no está muy extendido, pero empieza a causar furor en la industria del ASMR (siglas en inglés de Respuesta Sensorial Meridiana Autónoma), los conocidos como orgasmos cerebrales.
Con la revolución del audio y sus distintos formatos, la escucha individual se ha convertido en una actividad más que ocupa buena parte de nuestra jornada. Nos pasamos horas hablando o escuchando, por lo los auriculares se han convertido en un accesorio imprescindible para combinar las escuchas con nuestro día a día, bien para ganar en privacidad o para evitar molestias en quienes nos rodean. Y, ¿cómo elegir unos cascos que nos permitan sacar el máximo partido a la calidad de sonido que hoy podemos encontrar en podcast, audiolibros o conversaciones?
Jesús Agudíez , técnico de sonido en Ekos Media, productora de podcast, asegura que independientemente del modelo de auriculares (evidentemente los que nos regalan en los trenes de Renfe quedan excluidos) lo importante es elegir bien el dispositivo para cada formato. No es lo mismo escuchar un podcast conversacional que una ficción sonora o uno narrativo. Los conversacionales se pueden disfrutar plenamente en un altavoz bluetooth , por ejemplo, o en los altavoces inteligentes. Pero estos dispositivos son en su mayoría monoaurales. Para escuchar podcasts más elaborados es recomendable el uso de auriculares . Una ficción o un podcast narrativo con un diseño sonoro complejo están producidos para percibir esos detalles con auriculares, en una escucha íntima, reposada, atenta, detalla Agudíez. Para él, es importante no colorear el sonido con configuraciones o ecualizaciones agresivas que puedan traer los dispositivos móviles en sus modos de reproducción. Con unos auriculares de calidad media y no coloreando el sonido se puede escuchar razonablemente bien la mezcla y la profundidad que ha querido buscar el diseñador sonoro de un podcast.
Jose Olcina , ingeniero de sonido, nos da algunas pistas a la hora de elegir auriculares. En primer lugar, que tengan una buena calidad del altavoz. Con cables o inalámbricos queda más a nuestra elección, dependiendo de la comodidad que nos supongan unos u otros, pero teniendo en cuenta que según el técnico, no hay gran diferencia entre unos y otros, porque en los inalámbricos el sonido se digitaliza muy bien porque está muy trabajado. Respecto a los auriculares de diadema o de botón , también depende del confort del escuchante y de su preferencia funcional. Eso sí, Olcina nos recomienda que siempre se escuche a un volumen moderado, porque cada día empezamos a utilizar cascos antes y se pueden acabar provocando problemas de audición por un uso incorrecto o excesivo del volumen. Por último, la opción de cancelación de ruidos empieza a generalizarse en los auriculares. Esta funcionalidad puede mejorar la experiencia auditiva, pero no es imprescindible para una buena escucha. Eso sí, su uso está totalmente desaconsejado para caminar por la calle, pues nos aísla de ruidos o peligros que pueden ponernos en apuros.
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