Prisión por asesinato para la viuda del expolicía discapacitado

Presuntas burlas en vídeos, insultos descritos por un vecino, mensajes en su nombre una vez fallecido y, lo más doloroso: una muerte por asfixia y golpes, con oculto enterramiento, en la que presuntamente participaron su esposa y el hijo de ésta. El terrible final de Isaac Guillén Torrijos, el expolicía de 41 años impedido por una grave enfermedad degenerativa, empieza a tener ya respuesta por parte de la justicia. Ella, Beatriz F. C., de 41 años, ya duerme entre rejas en la cárcel de Picassent. Para el hijo de la sospechosa, de 17 años, se ha acordado el internamiento en un centro de menores.

Durante una década, Isaac defendió la ley y sirvió a los ciudadanos en Catarroja. Y no siguió haciéndolo porque la enfermedad acabó anulando sus capacidades hasta postrarlo en una silla de ruedas. De la fuerza de un policía, a la vulnerabilidad extrema de una persona que ya casi no podía hablar o moverse sin ayuda. Ahora esa misma justicia por la que él luchó comienza a caer con determinación sobre las dos personas sospechosas de su muerte criminal.

La Policía Nacional agotó el plazo legal para mantener a Beatriz F. C. privada de libertad y en calabozos. Después de ser detenida el martes en Godelleta tras descubrirse el cuerpo de Isaac, ayer llegó su hora de ser trasladada a los juzgados. A las diez de la mañana, un furgón de la Policía Nacional la llevó ante el juzgado de instrucción número 4 de Mislata, el que se ha encargado de dirigir la investigación tras la denuncia de desaparición que presentaron sus familiares.

Culminaban así siete meses de investigaciones en los que la policía Nacional y su Grupo de Homicidios, como ya ocurriera con la 'viuda negra' de Patraix, ha vuelto a demostrar su profesionalidad. Pericia y paciencia para esperar el momento oportuno y reunir las pruebas más contundentes ante un asesinato.

Beatriz sabía la conmoción mediática de su arresto y se apeó del furgón policial escondida bajo la capucha de su abrigo, huyendo de teleobjetivos que captaron su avance. No la introdujeron por la puerta principal de los juzgados de Mislata, sino por la trasera, la recayente a la calle Ernesto Che Guevara y el Parque de Cabecera. Pasaban pocos minutos de las diez de la mañana y en ese momento eran ya una casi una decena los periodistas congregados en la sede judicial.

Al cabo de cuatro horas, el destino de Beatriz estaba ya definido y se hacía público. Como informaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), la titular del juzgado de instrucción 4 acordó el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza para la sospechosa del crimen.

Según fuentes judiciales, nada salió de su boca ante la magistrada, pues se acogió a su derecho a no declarar. Como ahondó el TSJCV, «la detenida está investigada en una causa abierta por delito de asesinato, sin perjuicio de una posterior calificación». Las diligencias, sobre las que pesa el secreto de sumario, seguirán siendo instruidas por el mismo juzgado de la localidad de l'Horta.

También por la mañana, pero en otro lugar, la Ciudad de la Justicia de Valencia, su hijo de 17 años compareció en la Fiscalía de Menores. Como adelantó LAS PROVINCIAS en su edición digital, el joven fue arrestado el jueves después de confesar su participación en el crimen bajo supuestas amenazas de su madre.

En su caso, ante la gravedad de los hechos y contundencia de las pruebas policiales, la Fiscalía de Menores solicitó la medida cautelar más severa para detenidos de menos de 18 años: internamiento en un centro de menores en régimen cerrado mientras dura la instrucción del caso. El juez de menores así lo acordó tras la propuesta del Ministerio Público.

La familia de la víctima sigue recibiendo muestras de apoyo y cariño. José Antonio Martínez, delegado de la Asociación para la Integración Laboral de Policías Locales con Discapacidad (AIL-POLD expresó a este diario sus «condolencias y apoyo a los parientes y compañeros» de Isaac.