SANDRA PARRILLA
Miércoles, 17 de febrero 2010, 12:42
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«Estamos desnutridos, algunos de nosotros incluso sufrimos anemia y estamos hartos de comer sopas todos los días». Así es cómo Luis Aparisi, presidente de la junta de usuarios de la residencia de ancianos de Carlet, de titularidad autonómica, relata el estado de muchos de los ancianos.
Los mayores de esta residencia han decidido luchar por unas condiciones dignas, exigir un trato de calidad en cuanto a alimentación se refiere. El objeto de denuncia es «la línea directiva de la empresa de alimentación», que da a los cocineros las pautas a seguir y «ahorra a costa de darnos congelados y comida a punto de caducar, sin calidad y de esta manera incumple el pliego de condiciones establecido». Esta queja queda desarrollada «en un escrito que hemos firmado la junta de usuarios y yo mismo ante notario» afirma el presidente de dicha junta.
Fuentes de la Conselleria de Bienestar Social explicaron ayer que están investigando la situación para comprobar si esto es realmente así «aunque de momento no tenemos indicios y vamos a continuar con el protocolo establecido».
Aparisi resalta varias carencias en lo referente a la comida en la residencia. En primer lugar, y como motivo central señala «la propia comida, ya que al no haber variedad y frescura en los alimentos algunos de nosotros sufrimos anemia. No pasamos hambre pero estamos desnutridos».
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Además, califica las instalaciones como «deficientes. El extractor de la cocina no funciona, las bandejas están rotas y el almacén donde guardan las comidas tiene goteras». Una dieta saludable incluye cinco comidas al día, desayuno, almuerzo, comida, merienda y cena. Siguiendo esta pauta, Luis reclamó el derecho a su merienda «pero para poder disfrutar de ella me reducen el desayuno en un 80%».
Una «solución» es lo que demanda la junta de usuarios de la residencia para poder obtener una comida a gusto y necesidad de los ancianos. «No nos quejamos de la dirección de nuestro centro» puntualiza el presidente, que según sus datos «está haciendo un expediente sobre la compañía alimentaria para remitirlo a la Conselleria, pero pedimos que nos den lo que merecemos y lo que está establecido en nuestras condiciones», añade.
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El colectivo también se queja del servicio médico. «La directora del departamento médico no se preocupa de que comamos lo debido», aseguran fuentes de la residencia. «La doctora no hace nada para cambiar el menú», cuenta Aparisi. «Hay ancianos que padecemos anemia, algunos hemos perdido mucho peso».
La Central Sindical Independiente y de Funcionarios se ha unido a esta reclamación. Pide un servicio que incluya «comida fresca, limpieza adecuada y una plantilla mayor en el comedor».
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