Los Cines Albatros cierran

El vídeo, el DVD, el top-manta, internet y, ahora, el 3D, una histórica confabulación contra las salas de cine pequeñas que este domingo se cobrará una nueva víctima, una de las últimas que quedaban por caer en Valencia, los Cines Albatros, que cierran. Definitivamente, después de una trayectoria de casi 25 años.

Los cuatro cines que componen el conjunto de salas exhibidoras abrió sus puertas cuando Luis García Berlanga estrenó 'La Vaquilla'; Stephen Frears, 'Mi pequeña lavandería'; Akira Kurasawa, 'Ran'; y Woody Allen, 'La rosa púrpura del Cairo'. En el año 1985, y el cine ha cambiado mucho desde entonces. Y también la sociedad, si bien por aquellas mismas fechas de hace 25 años, LAS PROVINCIAS publicaba que los jugadores del Valencia CF se negaban a entrenar porque el club no pagaba, según su entonces portavoz, el delantero sudamericano Wilmar Cabrera. El poderoso caballero Don Dinero hacía estragos entonces como ahora, porque si los Albatros cierran es, precisamente, porque la crisis ha convertido en inviable su continuidad.

«No podíamos aguantarlo más y este domingo será la última sesión», reconoció Antonio Such, gerente del cine, quien asegura que la decisión «la hemos retrasado al máximo, porque se tratata tanto de un tema económico como emocional. Ya no era ni un negocio, inviable, y los socios teníamos que inyectar continuamente liquidez».

Such representa una sociedad que gestiona tanto los Albatros como los Babel, que por ahora aguanta: «Vamos a continuar porque su ubicación, más cercana al centro, lo hace más viable, además de los ingresos generados por el restaurante del cine».

El rumor sobre el cerrojazo de los Albatros, que dependen de una empresa con media docena de empleados, pululaba por Internet desde hace días, donde en Facebook se había formado un grupo llamado 'El final de los Albatros. Por una muerte digna', al que se habían añadido más de 200 usuarios.

«Se han juntado las dos crisis, la propia del sector, que lleva 4 ó 5 años haciendo mucho daño a cines como el nuestro, y la crisis general, que ha reducido el consumo», explicó Such, quien reconoció que el futuro no pinta nada bien para las salas que no estén abrigadas por centros comerciales.

«El tránsito a la proyección digital para las salas pequeñas es muy complicado. En otro momento se hubiera esperado recibir ayudas del Gobierno central, pero ahora no parece viable. Y aunque la proyección tradicional aún tiene mucho recorrido, en un cine como el Albatros tenía una repercusión muy positiva la presencia de directores y actores en los preestrenos, pero los recortes propiciados por la crisis ha provocado que las distribuidoras y las productoras hayan recortado mucho su actividad promocional», indicó el gerente de los Albatros.

La cartelera del cine lleva varias semanas sin incorporar estrenos, de modo que actualmente podían verse películas de nacionalidad serbia ('Honeymoons'), chilena ('La Nana'), china ('Ciudad de vida y muerte'), inglesa ('Fish Tank y 'Cinco minutos de gloria'), y francesa ('El concierto' y 'Un autre homme'). Una oferta cinematográfica muy alejada de los circuitos más comerciales y, además, en versión original.

«Era una oferta en versión original que, durante años, si no hubiera existido el Albatros, se tendría que haber viajado a Madrid o Barcelona para ver esas películas», indicó Such, quien considera que se trata de una oferta cultural que en Valencia «ha significado mucho. Se trata de una medida muy triste y me gustaría no hacerlo, pero la vida de las empresas es así. Hay, al menos, dos generaciones de valencianos que vieron nacer su afición al cine en el Albatros».

A pesar de honrosas excepciones en algunos centros de ocio con multisalas, el cierre de los Albatros convierte a los Babel en el último gran reducto de la exhibición europea en versión original, en plena vorágine del 3D.