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Neven Spahija bebe agua poco antes de anunciar su marcha del club valenciano. :: JESÚS SIGNES
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La ambición se lleva a Spahija

El técnico rechaza la oferta del club y su futuro está en un equipo fuerte de la Euroliga: Fenerbahçe, CSKA o Panathinaikos. El croata deja el Power por la falta de presupuesto para luchar con los grandes

J. ABIÉTAR ZAHONERO

Martes, 25 de mayo 2010, 12:19

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Los esfuerzos del Power Valencia han resultado inútiles. Neven Spahija se marcha. La decisión del balcánico es definitiva: «No resulta fácil decir que me voy en una temporada tan buena como esta». Los caminos del club y del croata se separaron ayer tras su unión en noviembre de 2008.

El del Power se queda lógicamente en Valencia. El del ya ex entrenador taronja está lejos. «Tengo dos ofertas de clubes más ambiciosos y más grandes». Ambos son conjuntos tradicionales de la Euroliga y están todavía en plena competición. Según ha podido saber LAS PROVINCIAS, los equipos interesados en el balcánico saldrán de la terna entre Fenerbahçe, Panathinaikos y CSKA de Moscú.

Los turcos están inmersos en el play-off final por el título de su país, que de momento empatan a un triunfo con el Efes Pilsen. Los griegos también se disputan el cetro heleno con su eterno rival, el Olympiacos. Iniciarán la serie mañana. En cuanto al conjunto ruso, su competición anda un poco más retrasada y todavía está en las semifinales, donde ya gana por 2-0 al Dynamo de Moscú.

Decisión meditada

Para Spahija no ha sido fácil tomar la decisión. La ha tenido que meditar bastante. «No es fácil decir que me voy. Mucha gente me ha apoyado en este tiempo», señaló un preparador algo más serio de lo habitual. No sigue, pero lo que ha vivido en Valencia se queda en su retina y su corazón: «Nunca voy a olvidar estos dos años, espero que seamos amigos para todas nuestras vidas».

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En este periodo muchas cosas han cambiado, empezando por el presupuesto del club. «Pienso que llegué tarde a Valencia. Cuando lo hice, vine a un equipo de primer nivel dispuesto a competir fuerte en Europa, y eso ahora no puede ser. Yo entiendo la decisión de Juan Roig, está en su derecho, pero el club no va a pelear con los grandes presupuestos europeos», manifestó Spahija.

Un presupuesto inferior al esperado con el que no puede hacer lo que él quiere como entrenador. Esto es, defensa intensa los 40 minutos del partido durante toda la temporada. Algo que este año no ha sido posible al disponer de una plantilla corta.

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El presidente del Power, Vicente Solá, no dudó en calificar de «jodido» el momento. «A Neven sólo nos queda agradecerle la gran temporada y los éxitos. Ha devuelto a nuestro equipo a lo más alto». Y eso que mostró su desilusión por la marcha del técnico. «El club ha hecho todo lo posible para que se quede, pero debemos respetar la ambición. Esta siempre será su casa», manifestó.

La sala de prensa de la Fonteta vivió el colofón a más de un mes de negociaciones en las que las dos partes mostraron sus intenciones. El técnico la de quedarse y el club la de renovarle. Pero finalmente nada de esto ha sido posible.

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Spahija se va como él quiere, como a cualquier entrenador le gustaría, por la puerta grande. Después de un año donde ha sufrido un recorte presupuestario drástico que conllevó la pérdida de algunos fichajes (el balcánico afirmó ayer que tuvieron que desecharse contratos de buenos jugadores porque no entraban en las nuevas condiciones económicas), ha llevado al club a lo más alto tras disputar la semifinal de la Copa, acabar cuarto la liga regular de la ACB, llegar a los cuartos de final del play-off y conquistar la Eurocup.

Al croata solamente le quedaron palabras de elogio para todos. «Si he logrado esto es por el apoyo que he tenido siempre. Mi cuerpo técnico es espectacular, el médico también, el mérito de esto es de todos ellos», señaló.

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«Ha sido un placer trabajar para la familia Roig, entrenar a este grupo de jugadores y disfrutar con esta afición, me siento como en mi casa», contó Spahija, quien acabó hablando de su relación con los medios. «Al principio había muchas críticas pero no tenía que responderlas, sino trabajar para cambiarlas. Pusimos todos de nuestra parte y al final lo conseguimos. Gracias». Así terminó, con la última palabra en su poder, el técnico balcánico su estancia en Valencia. Asegura que no deja la Fonteta por dinero, sino impulsado por su espíritu ganador.

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