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C. FERNÁNDEZ
Viernes, 24 de diciembre 2010, 16:52
«Cariño son las mejores, tu familia lo va a disfrutar y no vas a defraudar, de verdad», comentaba un vendedor de marisco del Mercado Central ofreciendo nécoras a su clienta.
Bolsas repletas de comida de todo tipo, carros hasta los topes y largas colas de gente. Esta era la imagen que ayer se podía contemplar en el Mercado Central. Los valencianos cumplieron con la tradición y acudieron en masa para realizar sus compras.
Las escenas eran variopintas y muchos turistas no dejaban de fotografiar a diestro y siniestro bocabiertos. «¡It,s wonderful!», comentaban dos irlandeses que disparaban sin cesar su cámara de fotos.
Los más de 300 vendedores permanecieron hasta las 20 horas trabajando sin cesar y atendiendo a todos los ciudadanos que acudían al Mercado para comprar la cena de Nochebuena y Navidad.
«Yo siempre me espero hasta el último día. Me gusta venir y ver el ambiente. Anima mucho», afirmó Arturo, un joven que acompañaba a su madre.
Pero una de las imágenes más impactantes eran las dos colas de clientes esperando turno para comprar anguilas. «No me importa esperar. Me gustan mucho y todos los años vengo el día de antes», decía Antonia, una de las personas que esperaba pacientemente el momento de comprar su kilo.
Vigilantes del Mercado Central se vieron obligados a organizar los turnos para evitar aglomeraciones en los dos puestos de venta de anguilas vivas. Los vendedores las cortaban una a una mientras los clientes observaban el ritual. A 18 euros el kilo estaban al alcance de todos.
Durante esta semana los precios han ido subiendo sin cesar y ayer los clientes comparaban entre puesto y puesto para adquirir los mejores productos. Almejas de carril a 80 euros el kilo, nécoras a 30 euros, bogavantes a 24, cigalas a 60 euros o los rojos a 10 euros el cuarto de kilo. De todo, y a diferentes precios. «Nosotros traemos los mejores productos y estos días merece la pena gastar en calidad», explicaba ayer una de las vendedores de la sección de pescadería.
Ajenos a las polémicas de las últimas semanas, los clientes recorrían todos los puestos para elegir la mejor mercancía expuesta llamativamente en cada uno de los mostradores. «Bonica hay de todo y de la mejor calidad ¿Qué desea?», preguntaba otro de los vendedores.
Esta sección es la única que queda del Mercado Central por rehabilitar. La inversión, según asegura Rita Barberá, no está presupuestada, mientras que desde la Delegación del Gobierno se aseguraba que estaba contemplado y comenzarían las obras en marzo.
Ayer lo más importante era vender y hacer caja y servir a los fieles clientes que año tras año han acudido al mercado para comprar la cena más especial del año.
El presidente de los vendedores del mercado Central, Vicente Gimeno, aseguraba sentirse muy satisfecho y aunque todavía no tenían los resultados de las ventas, esperaban alcanzar las mejores ventas del año.
Para Gimeno los hábitos de consumo se basan en el «realismo de la mesa, puesto que los clientes compran para que no sobre nada, si bien el 95 por ciento quiere calidad, la cual sigue estando por encima de todo», comentó.
Si la sección de pescadería era una de las más solicitadas y con más clientes, los puestos de charcutería, carnicería y frutas también estaban repletos de clientes. «¿Compramos la piña ahora o la dejamos para el final? Preguntaba un marido a su pareja.
El mercado permanecerá hoy abierto hasta las 16.00 horas para atender al último cliente.
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