
M. J. CARCHANO
Lunes, 14 de febrero 2011, 13:30
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Apenas seis horas se alargó el traslado de los 92 pacientes del pabellón materno-infantil de La Fe, que viajaron en un dispositivo de ambulancias desde las instalaciones del que ha sido el hospital de referencia en la Comunitat Valenciana los últimos 40 años hasta el nuevo edificio del barrio de Malilla, a siete kilómetros de distancia. Fue una compleja evacuación, única hasta ahora en España, y que sirvió de ensayo general a la del próximo domingo, cuando el resto de pacientes dejen para siempre el viejo centro de Campanar.
A las ocho y diez de la mañana salía la primera ambulancia camino del Boulevar Sur. Trasladaba a una niña, Iris, que con 18 meses está ingresada en la UCI pediátrica. Precisamente fueron los seis neonatos prematuros de cuidados intensivos y los otros seis niños hospitalizados en la UCI pediátrica quienes planteaban mayores problemas para el traslado. «Son niños que se pueden desestabilizar con facilidad, que necesitan de profesionales experimentadísimos para su traslado», explicó la supervisora de enfermería de neonatos, Lola Bernabeu, que reconoció que había sido una noche muy larga, preparando la evacuación.
La menor incidencia de la gripe infantil y algunas altas prematuras consiguieron que el número de traslados fuera menor al esperado el pasado viernes. Fue el caso, por ejemplo, de Lucía, un bebé de apenas un mes que tuvo que ser ingresada en observación tras caerse del sofá. «La niña está bien y preferimos irnos a casa», decían sus padres, José y Vanessa. Recibieron el alta justo antes de iniciarse el traslado a las ocho de la mañana.
Imágenes tiernas, con madres en camilla que llevaban en brazos a sus bebés recién nacidos, otras desgarradoras, con el traslado de las incubadoras con neonatos prematuros, fueron la estampa de una mañana frenética. El más pequeño, un bebé que apenas llegaba a los 840 gramos.
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El traslado representaba un salto en el tiempo. Del pasado al futuro. Como se deduce del contraste entre el punto de partida y el de llegada. De la vieja Fe a la nueva sólo hay 7,3 kilómetros, pero la distancia tecnológica y de infraestructuras es abismal. La imagen de la salida mostraba un paso de cebra raído, descolorido, bajo un voladizo de hormigón que nació blanco y que ayer lució gris, mostoso. Diez o quince minutos más tarde, después del traslado en ambulancia con escolta policial a través del carril reservado para esta movilización, se llegaba a la nueva puerta de ingreso, deslumbrante, con un paso de cebra recién pintado y un moderno voladizo. «Más que en un hospital, parece que entres en un hotel», explicaba la madre de uno de los niños.
Aunque aún hay detalles que pulir. Los pacientes que estrenaron el servicio de urgencias pediátricas y maternales no encontraron indicaciones que les ayudaran a encontrarlo. Tampoco vieron ni una sola papelera en los alrededores del hospital y algunos de los que se marcharon en un taxi tuvieron que esperar 20 minutos.
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Pero lo trascendente ayer era el traslado. El operativo fue un éxito. «Se ha realizado con absoluta normalidad, y en el sentido amplio de normalidad, de manera excelente», resumió el conseller de Sanidad, Manuel Cervera, presente en esta movilización desde primera hora de la mañana. A mediodía llegaron Francisco Camps y Rita Barberá, que se sentaron en el centro de operaciones desde el que se coordinó, con pantallas que daban imágenes e información en tiempo real, y prácticamente asistieron al desenlace de un traslado sin parangón en España. «El más importante de este estilo en Europa», añadió Camps, quien consideró que sueños como éste «se hacen realidad con trabajo e ilusión».
En seis horas de una mañana ventosa La Fe reubicó a once mujeres y 81 niños, con 23 neonatos, seis pacientes de la unidad de Cuidados Intensivos Neonatales y nueve de la UCI Pediátrica, los casos más peliagudos. Aunque esto es sólo la primera parte de un traslado que continuará el próximo domingo, el día dedicado a reubicar la hospitalización de agudos. El proceso finalizará con la migración de los servicios centrales de laboratorio y la investigación, en marzo. Los servicios de medicina nuclear y oncología radioterápica están en proceso de autorización por el Consejo de Seguridad Nuclear.
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