PPLL
Sábado, 4 de febrero 2012, 01:20
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Rodríguez Zapatero protagonizó ayer el último acto político como secretario general del PSOE. Su informe de gestión, con aires emocionados de despedida, incluyó un repaso a toda su trayectoria al frente del partido. El expresidente atribuyó a la crisis económica el gran desgaste socialista. Esta vez reconoció también errores propios -el haber tardado en aceptar la gravedad de la propia crisis- pero no imprevisión. Deja tras de sí un partido gravemente dañado por la mayor derrota de su historia contemporánea, y lo hace cuando el país acaba de recaer en la recesión. En estas circunstancias, no solo es difícil canalizar el relevo sino también hacer balances creíbles. De momento, el saldo es muy negro en lo económico y más agrio que dulce en casi todo lo demás.
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