Ejecutivos de Bankia, en vela para tomar nota de la puesta en escena de Lim en el Calderón

Cuando ayer a primera hora se abrieron las puertas de la sede de Bankia, situada en el edificio Puerta de Europa en el Paseo de la Castellana 186 de Madrid, ya había expectación por conocer si llegaban nuevas ofertas para la compra de los créditos del Valencia y la Fundación. Incluso entre los propios empleados del edificio. «¿Va a comprar el Valencia el que quería al Atlético?», preguntó uno de los miembros de seguridad del complejo a un periodista. Tanto en la entrada principal, dividida en dos grandes puertas, como en el aparcamiento trasero los vigilantes de Bankia se familiarizaron con las cámaras cuando aún no se había despejado la densa niebla que cubría las plantas más altas del edificio. Esas donde se toman decisiones.

El hombre más buscado del día, Peter Lim, no se dejó ver. A las dos de la tarde las persianas de KPMG, situadas en el mismo Paseo de la Castellana pero en el número 95, se cerraron para los inversores. Y a primera hora de la tarde comenzó una reunión entre la consultora y Bankia, aunque ninguna de las partes quiso desvelar más detalles de la misma. En ella los responsables del banco analizaron las propuestas presentadas, entre ellas la del singapurense. La información viajó entre las dos sedes con el máximo secreto, ya que la confidencialidad del proceso hizo que se blindaran todos los datos. Cuando cayó la noche sobre la sede del banco ya había bajado la presencia mediática, con LAS PROVINCIAS como único testigo del momento en que el banco trasladó que la reunión con KPMG había terminado y que los ejecutivos que trabajan en la operación habían salido del recinto.

Por la sede de Bankia tampoco se dejó ver Amadeo Salvo, aunque el presidente del Valencia no volvió con el equipo tras el partido ante el Atlético y durmió en Madrid unas horas después de anunciar que el magnate había presentado su propuesta. Salvo quiso evitar la fotografía con Peter Lim dentro del Calderón y se marchó en taxi junto al consejero Miguel Ángel Gil de Pareja minutos antes de que el singapurense se dejara ver por el parking privado colchonero.

La puesta en escena que no pasó desapercibida en Bankia, que considera que todos los movimientos de Lim en los últimos días han estado estudiados para jugar con las cartas boca arriba y ganarse el favor del aficionado en la particular partida por la compra del Valencia.

Cuando Lim apareció junto a Jorge Mendes para abandonar el Calderón se produjo un auténtico 'tsunami' entre los periodistas valencianos. Mientras los miembros de seguridad intentaban placar al enviado especial de LAS PROVINCIAS y una de las vallas de separación con la zona mixta caía al suelo, a Peter Lim tan sólo le dio tiempo para saludar brevemente y pronunciar el ya famoso «tomorrow, tomorrow» a la hora de referirse a Bankia. Cuando la seguridad del Calderón pudo expulsar de forma definitiva a los periodistas del parking donde atléticos famosos como Gonzalo Miró miraban incrédulos la escena, y con la policía nacional asistiendo desde el exterior del estadio con inquietud ante el pequeño tumulto, Peter Lim preguntó al propio Mendes sobre los aficionados que le estaban saludando desde las puertas del campo.

Varias decenas de seguidores del Valencia reconocieron al empresario y comenzaron a cantar lemas de los que se escucha en cada partido de Mestalla. Y a Lim le gustó mucho la escena, dedicándoles una sonrisa y mostrando un pulgar arriba a su amigo representante. Antes de abandonar el Calderon tanto Lim como Mendes tuvieron la oportunidad de despedirse del director general Luis Cervera, uno de los últimos en subir al autobús de los consejeros que partió hacia Barajas.

Según confirmó ayer LAS PROVINCIAS, a Peter Lim le abrumó la contundente repercusión que su aparición provocó entre los medios de comunicación. El propio Mendes le explicó que en ese área se sitúa la zona mixta tras los partidos y que por eso tuvo que cruzarse con los periodistas de Valencia que, evidentemente, buscaban esa foto desde que llegaron a Madrid.

Pero la escena también se vivió en las plantas nobles de la sede de Bankia. Como si fuera la narración de una final de Champions. Varios ejecutivos del banco se quedaron hasta las dos de la madrugada del miércoles recopilando información y escuchando todo lo que se contaba de la puesta en escena de Lim en las radios nacionales y en los debates televisivos de madrugada.

Salvo y el magnate no se dejaron ver en público, pero sí se reunieron en privado. Ese era el destino del presidente cuando abandonó el hotel AC Cuzco el martes a las 13:30 horas por la puerta de atrás. El encuetro con el inversor y Mendes fue el trayecto que no quiso revelar el taxista que llevó a Salvo a la reunión. El exjugador del Getafe mantuvo el secreto de confesión, aunque al final todo se sabe.