P. M.
Miércoles, 12 de febrero 2014, 01:24
La contrata municipal iniciará hoy los trabajos para limpiar, apuntalar y tapiar la antigua fábrica de Bombas Gens, donde se registró un incendio hace una semana que destrozó la nave recayente a la avenida Burjassot, en el barrio de Marxalenes.
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Así lo indicaron ayer fuentes cercanas al gobierno municipal, además de precisar que estos días se han realizado algunas «tareas previas». El coste de las obras ascenderá a 19.000 euros, según el presupuesto que detalló el pasado viernes el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo.
Ayer terminó el plazo de 72 horas dado a la empresa propietaria de la fábrica protegida, uno de los escasos ejemplos de arquitectura art decó en la ciudad, sobre todo en edificios industriales. El problema es, como han reiterado responsables de la firma Geshabitat Urbana S.A., que la empresa ya no existe porque se declaró en concurso de acreedores y la fábrica pasó a manos del banco que tenía el préstamo hipotecario.
Además de algunas obras preparatorias en el interior, el presidente de la asociación de vecinos de Marxalenes, Paco Llamas, indicó que «parece que han colocado un candado nuevo en la puerta principal» para impedir su ocupación ilegal.
En el momento del incendio, la Policía Local desalojó a cinco personas de las naves, aunque todavía quedan algunas que se refugian en lo que era un pequeño edificio de oficinas, también en la avenida Burjassot.
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Las llamas destrozaron toda la carpintería, aunque la fachada principal no resultó dañada en extremo, según se dice en el informe municipal. Este elemento y la parte trasera, que recae a la calle Doctor Machí, son los únicos protegidos por el Plan General.
La reforma de la antigua fábrica se ha demorado tanto en el tiempo que la crisis económicaha hecho imposible la recuperación del inmueble. El conjunto está reservado para uso terciario, con un hotel, un aparcamiento subterráneo y una galería comercial, además de un apartahotel y centro de atención a mayores.
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Novo ofreció a los propietarios una permuta de esta propiedad a cambio de llevar el aprovechamiento urbanístico a otro lugar de Valencia, de manera similar a lo que se hizo con el hotel de Jesuitas, que tras una negociación pasó del solar de la Gran Vía Fernando el Católico al del nuevo Ayuntamiento, en la avenida de Aragón. El problema es que la empresa, indicó uno de los antiguos respon sables, no puede negociar al estar disuelta y sin opciones sobre el préstamo hipotecario. La asociación vecinal reclama que la fábrica se rehabilite para un equipamiento público.
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