
ESTER REQUENA
Sábado, 8 de marzo 2014, 01:14
Moreno, con una buena mata de pelo negro y muy parecido a su madre. Así es Alberto Isla Pantoja, el último miembro del clan de la tonadillera porque por fin Chabelita (o Isabel II como la apodan) ha dado a luz tras un embarazo seguido al minuto por la prensa del corazón... incluso antes de ser oficial, algo que no ocurrió hasta que la chica sopló las 18 velas el pasado noviembre. Ni Sevilla, ni Cádiz, ni Sanlúcar de Barrameda... Al final el bebé, con sus 2,800 kilos de peso, ha nacido por cesárea en Málaga, donde la ahora madre acudía a sus revisiones ginecológicas. Pero no ha sido en las clínicas con las que se especulaba -entre ellas en la que dio a luz la cantaora Estrella Morente o la hija de Marisol-, lo que pilló a la mayoría de los paparazzis con el paso cambiado. Apenas trascendió que hace solo cuatro días Chabelita, acompañada de su madre, se sometió a unas pruebas en el hospital privado Parque San Antonio tras un segundo amago de parto en una semana. Desde entonces se refugió en Fuengirola a la espera del pequeño. En principio no salía de cuentas hasta este próximo lunes.
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Pero Chabelita se adelantó unos días y rompió aguas en el ático de Isabel Pantoja en la Costa del Sol pasadas las diez de la noche del jueves. Madre e hija acudían inmediatamente al centro médico acompañadas de Dulce, la tata de la chica -quien la ha criado-, y un amigo íntimo de la familia al volante. Tres horas más tarde aparecía muy serio Alberto Isla, junto con su madre, María Ángeles Cuadrado, y su hermano Gonzalo en un taxi desde Sanlúcar de Barrameda. Llegaron al límite. Justo para entrar al paritorio donde Chabelita se afanaba sin éxito por dilatar... y para conocerse mutuamente. Porque Isabel y María Ángeles nunca se habían visto. Un momento de lo más tenso teniendo en cuenta que la cantante no comulga en demasía con el padre de su segundo nieto, quien a sus 19 añitos ya tiene otro hijo de una relación anterior. Y peor cara se le debió poner cuando precisamente fue su consuegra, enfermera de profesión, la única autorizada a entrar en el quirófano. A las cinco de la mañana nacía Alberto II.
Poco después la habitación del hospital se convertía en una especie de camarote de los hermanos Marx. Al bebé no le quitaban la vista Isabel Pantoja, la tata, la madre y el hermano de Alberto -además del padre, claro-, su prima Anabel, un tío, un amigo de la familia y Raquel Bollo, inseparable de la Pantoja y ex de Chiquetete.
Menos mal que la habitación de este hospital, situado en primera línea de playa en Málaga, era espaciosa. No es una suite al uso, porque la clínica no cuenta con este tipo de estancias, pero sí dispone de un salón privado para los acompañantes, un generoso baño y un dormitorio propio para la nueva mamá.
Isabel Pantoja permaneció todo el tiempo con su hija. Ni siquiera salió para fumar en la calle. Aseguran que no se le quita la sonrisa de la cara. Sí se dejaron ver por la cafetería Alberto y compañía, que dieron buena cuenta del desayuno visiblemente agotados tras la noche en vela.
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¿Y el tío Kiko?
Y ni rastro de Kiko Rivera. El nuevo tito se limitó a felicitar a la pareja a través de las redes sociales. Incluso entonó un público 'mea culpa': «En la vida todo tiene solución. y de los errores se aprende». Sus compromisos laborales le han impedido viajar a la Costa del Sol, pero ya ha avanzado que se escapará en breve, previsiblemente el domingo. Quizás en compañía de la bisabuela Ana. A su hermana le quedan entre tres y cinco días en el hospital, según como evolucione. Cuando le den el alta será difícil que se libre de las cámaras. A las puertas de la clínica se concentraban ayer una veintena de objetivos, entre fotógrafos y cámaras de televisión. Aún no se sabe si habrá posado familiar cuando abandonen el centro, pero ya se especula con que la Pantoja podría participar en un jugosa exclusiva junto con la pareja. Un cheque con el que Chabelita, Alberto y su pequeño comenzarían una nueva etapa juntos, cuando dejen la finca Cantora, donde establecerán su refugio estos primeros meses. ¿Se tirarán los trastos a la cabeza o los veremos a todos cual familia feliz? Cuenten lo que cuenten, lo que es seguro es que harán caja y que la llegada del bebé agrandará el cheque.
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