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Un momento de la concentración de vecinos en Aldaia para condenar el crimen. :: LP
Dolor y rabia en la despedida de la mujer degollada en Aldaia
Sucesos

Dolor y rabia en la despedida de la mujer degollada en Aldaia

El homicida consumía drogas y tenía una tendencia enfermiza a robar, aunque muy pocas personas conocían su conducta delictiva

J. MARTÍNEZ jmartinez@lasprovincias.es

Sábado, 8 de marzo 2014, 01:39

Unas 200 personas se concentraron ayer sobre las 12 horas frente a la puerta del Ayuntamiento de Aldaia para mostrar su repulsa por el crimen de Eugenia Peñalver, de 66 años, que fue degollada por su hijo en una vivienda en la que la víctima trabajaba como limpiadora. Un minuto de silencio sirvió para condenar el asesinato y despedir a la mujer entre grandes muestras de dolor y rabia contenida.

Los vecinos, la alcaldesa de Aldaia, Carmen Jávega, y miembros de la corporación municipal se unieron a los familiares y amigos de Eugenia Peñalver para rechazar cualquier tipo de violencia. Mientras algunos aseguraban que nunca olvidarían a la víctima, otros comentaban los pormenores del crimen antes de que comenzara el minuto de silencio. «Tenemos que ser fuertes para superar este drama», afirmó un familiar de la mujer asesinada.

Declaración en el juzgado

Según informaron fuentes policiales, el presunto homicida está previsto que pase a disposición judicial el domingo después de que el Grupo de Homicidios termine las diligencias de investigación. Como ya informó ayer LAS PROVINCIAS, la víctima mantenía una mala relación con su hijo Juanjo -el autor del crimen-, que coqueteaba con las drogas desde hace tiempo. Además, el homicida tenía una tendencia enfermiza a robar, presuntamente, que habría motivado fuertes discusiones con su madre, amigos y otros familiares.

Juanjo R. P., de 40 años, posee antecedentes policiales por su implicación en varios incidentes violentos. Uno de ellos se saldó con su detención por un delito de resistencia a un agente de la autoridad. Su conducta delictiva por su presunta cleptomanía era conocida por muy pocas personas. El detenido, padre de dos hijos con diferentes parejas, recibió golpes muy duros en su vida, como la muerte de su primera mujer en un accidente de tráfico.

Según las investigaciones policiales, Juanjo degolló con un cuchillo a su madre en una vivienda de Aldaia. El crimen tuvo lugar sobre las once de la mañana del jueves en el número 7 de la plaza Corts Valencianes. Eugenia Peñalver se encontraba trabajando en la casa de la hermana de un concejal del Ayuntamiento. La víctima, que estaba limpiando el piso, gritó para pedir auxilio cuando su hijo acudió a la vivienda y la agredió.

Una vecina declaró a la policía que escuchó una fuerte discusión antes de los chillidos. Quique Ballester, propietario de una heladería en la misma calle, oyó los gritos y llamó al 091. Otra mujer avisó a la Policía Local, que envió una patrulla al lugar con urgencia. Antes de que llegara la policía, Juanjo salió del edificio con un gorro de lana, guantes en sus dos manos y una braga que ocultaba la mitad de su rostro. Llevaba una bolsa en su mano con un ordenador portátil y unos petardos que había robado en la casa donde cometió el crimen.

El homicida huyó por las calles del pueblo tras ser perseguido por el dueño de la heladería y su hijo, pero fue detenido dos horas después por la Policía Nacional en su domicilio en Aldaia. La víctima murió desangrada como consecuencia de un profundo corte en el cuello. Desde que los vecinos oyeron los gritos de Eugenia hasta que Juanjo salió del edificio transcurrieron unos 10 minutos, según calculó un testigo.

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