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Ensalada de algas. :: FOTOLIA
Agricultura

Las proteínas del futuro

Algas e insectos se configuran entre los recursos principales que pueden asegurar la comida de una población mundial que no para de crecer El centro tecnológico Ainia investiga sobre nuevas fuentes de alimentación

V. LLADRÓ

Martes, 11 de marzo 2014, 08:31

El debate está desde hace tiempo sobre la mesa de los gobiernos y organismos internacionales. La humanidad crece tan deprisa que no habrá manera de asegurar su ación desde la perspectiva de los hábitos actuales, aunque, paradójicamente cueste de creer hoy en día en las sociedades occidentales, donde abunda de todo, comer es seguro y relativamente económico y el problema social que se plantea en estos momentos suele ser que se desperdicia mucha comida cuando hay muchos cientos de miles de personas que en otros lugares pasan hambre. Pero no es porque falte comida -aún-, sino por las dificultades económicas y logísticas para llevarla donde falta.

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Las previsiones apuntan que en 2050 la población mundial alcanzará los 9 mil millones de personas, y es fácil deducir que la demanda de alimentos aumente en la misma dirección, si no en mayor progresión, porque también cabe pensar que puedan comer mejor quienes ahora sufren escasez.

Este escenario de un futuro próximo dibuja muchas incertidumbres alimentarias. Habrá que incrementar cultivos y sus rendimientos. Pero la principal preocupación estriba en el suministro de proteínas, cuando los investigadores auguran que no será posible alimentar a toda la población como vemos hoy, a través de la producción de carne tradicional. Así que ya están a la búsqueda de nuevas fuentes alternativas de proteínas.

Según fuentes del centro tecnológico valenciano Ainia, los investigadores están trabajando ya para resolver la creciente demanda de productos cárnicos y otros recursos de alimentos ricos en proteínas, conscientes de que la demanda es cada vez mayor.

En este sentido, la necesidad de encontrar nuevas fuentes alternativas y fiables de proteínas va a ser clave. Pero ¿qué opciones se están planteando para la industria alimentaria en este nuevo panorama?

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En el mercado ya existe en estos momentos una amplia gama de fuentes vegetales de proteínas como las semillas de chía, las de cáñamo o la quinoa. Concretamente, la semilla de chía fue aprobada como nuevo ingrediente por la Comisión Europea en enero de 2013, y sobre ella se está centrando mucho interés de investigación y desarrollo.

Algas, microalgas e insectos

Pero hay más recursos potenciales, como algas, insectos... Las claves para investigadores y empresarios están en la disponibilidad de cada recurso, la facilidad de desarrollos para su aprovechamiento, que sea económicamente factible y, naturalmente, que se trate de productos saludables y sostenibles.

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Las algas contienen altas cantidades de proteínas, por lo que pueden ser una nueva fuente interesante de proteínas para aplicaciones alimentarias. Por ejemplo, la Chrorella contiene aproximadamente un 60% de proteínas. Pero también tienen alta potencialidad otros alimentos 'verdes', como las microalgas tipo 'Spirulina'.

Por lo que se refiere a los insectos, los científicos señalan que técnicamente ofrecen un valor nutricional similar a la carne en términos de calorías y porcentajes de proteínas, y además contienen muchas menos grasas y son baratos de producir.

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De hecho hay mucho consumo de insectos en diversas partes del mundo. A nosotros nos choca en España, evidentemente; hasta nos da asco, pero es una cuestión meramente cultural, de costumbre y falta de necesidad. Seguramente, a quienes consumen grillos, hormigas o gusanos habitualmente también les debe sorprender desagradablemente que en España y otras partes de Europa comamos caracoles, crustáceos marinos o anguilas.

Hay empresas que están comercializando productos incorporando como base la harina de grillo. Las magdalenas de plátano de la empresa californiana Chirp o las barritas energéticas de la marca Exo de Nueva York son un ejemplo.

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Además de algas e insectos también empiezan a parecer sustitutos vegetales del huevo. Las fuentes de Ainia han explicado que a partir de una base vegetal se crea un ingrediente alternativo al huevo para utilizar en productos horneados, como en galletas con chocolate. Un ejemplo de este tipo de productos es Just Mayo, desarrollado por la empresa Hampton Creek Foods.

Y si les da un no sé qué todo esto, háganse el ánimo, que no ha hecho más que empezar.

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