
R. GONZÁLEZ
Jueves, 27 de marzo 2014, 11:13
Ni gobernar en minoría, ni el bloqueo de la oposición al contar con más representantes, ni haber sido hasta hace poco alcaldesa sin sueldo y viviendo del paro habían logrado frenar a la popular Ana María Soler. Han sido discrepancias y las luchas internas en el PP de Gata las que han llevado a la alcaldesa a presentar su dimisión.
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Soler se reunió con el personal del Ayuntamiento de Gata ayer por la mañana, sobre las diez. Fue entonces cuando les anunció su decisión de renunciar a su cargo de alcaldesa y dejar también su acta de edil. Una hora más tarde presentó la carta de dimisión por registro de entrada. Al parecer, la noche anterior, al finalizar el pleno ordinario, la alcaldesa le comunicó al equipo de gobierno y lo que había decidido.
En su carta oficial de dimisión, Ana María Soler renuncia a sus actas de concejal del grupo popular y de alcaldesa, tomada en junio de 2011, durante la sesión de investidura. De esa forma ponía fin a casi siete años de mandato, ya que tomó las riendas del Consistorio de Gata tras las elecciones municipales de 2007.
Según reza el texto de Soler, «esta iniciativa la tomo por motivos personales surgidos tras una serie de circunstancias de difícil reflexión, que me han llevado a dar por concluida una época marcada por mi persona en la gestión municipal». Además, da las gracias a los que confiaron en ella todo este tiempo.
Asimismo, en su renuncia señala que su decisión de retirarse era «algo que iba a producirse de forma natural al final de esta legislatura, para facilitar la transición en beneficio del pueblo de Gata».
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Sin embargo, según ha podido saber este diario por fuentes próximas al partido, los enfrentamientos mantenidos con el presidente local del PP, Antonio Pons, por intereses de ambos en temas urbanísticos fueron el detonante que llevó a la alcaldesa a dimitir.
Esas misma fuentes apuntaron que el PP barajaba diversas opciones. Una de ellas era que la hasta ahora primera teniente y desde ayer alcaldesa en funciones, Maite Signes, sea la propuesta por su grupo en el pleno de investidura.
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Otra posibilidad, según reconocieron, era que los siguientes para entrar en el ayuntamiento y tomar el acta de concejal vayan renunciando uno a uno a hacerlo hasta que se acaben todos los de la lista de la candidatura y fuera entonces el partido el que escogiera a la persona que debe entrar. En ese caso el PP propondría a Antonio Pons, que además se convertiría en la persona que el grupo presentaría como candidato en el pleno de investidura.
En principio, el siguiente en la lista de los populares es Jesús Ángel Palacios, que ya fue concejal de Fiestas de Gata en la pasada legislatura. Ahora se tiene que convocar en los próximos días un pleno en el que se de cuenta y se acepte la renuncia de Ana María Soler. Éste podría tener lugar antes del fin de semana, según explicaron fuentes municipales. Luego se pondría en marcha la maquinaria de relevo en las filas populares y se votaría a un nuevo alcalde.
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La decisión de Soler pilló ayer a algunos por sorpresa. Otros ya imaginaban que algo así podía ocurrir aunque desconocían cuándo se produciría. De hecho, la propia Ana María Soler reconoció el martes a LAS PROVINCIAS que no iba a presentar la dimisión en el pleno que se iba a celebrar pocas horas después. No lo hizo en la sesión plenaria, se esperó al día después, ayer miércoles, para renunciar a su cargo.
Desde el Bloc, el secretario local, Joanvi Vallés, remarcó que su formación se va a «mantener al margen de luchas partidistas de carácter interno» y que parece que todo responde a que el PP se está preparando para las próximas elecciones.
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Respecto al panorama político, el nacionalista aseguró que su partido se sentará a hablar con quien le llame y que debe ser el partido mayoritario el que nueva ficha. E hizo hincapié en la necesidad de que se aclare qué va a pasar con los temas importantes que llevaba personalmente la alcaldesa, como el PGOU.
No obstante, Vallés aseguró que la intención es seguir como hasta ahora, «en la oposición y fiscalizando al equipo de gobierno». Esta misma noche se reunirá la ejecutiva local del Bloc para ver qué va a hacer.
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También el PSPV debatirá hoy su postura. Vicent Font admitió que le había sorprendido la dimisión, aunque «la percepción no era buena».
El socialista no quiso entrar en los motivos de la renuncia. Declaró que su partido está abierto a hablar con todos, aunque «tenemos muy claro que no pactaremos con el PP» y no descartó un acercamiento al Bloc.
Es la primera vez en que Gata de Gorgos se produce la dimisión voluntaria de un alcalde.
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