Urgente El Extra del Padre de la ONCE premia con 17.000.000 de euros a un jugador de Valencia
Rafael Soler, momentos antes de la entrevista. :: TXEMA RODRÍGUEZ
Culturas

Rafael Soler: «No hay filósofos en el Gobierno ni ministros poetas y así nos va»

El autor valenciano, que acaba de publicar 'Ácido almíbar', defiende la poesía como «el arte de la reflexión y la sugerencia» Rafael Soler Poeta

CARMEN VELASCO

Martes, 1 de abril 2014, 10:51

Es «esencialmente poeta», también ingeniero civil y sociólogo. Empezó a escribir muy joven (publicó la novela 'El grito' en 1978), un año más tarde quedó finalista del premio de poesía Adonáis con 'Los sitios interiores' y en 1981 el accésit del V Premio Nacional Juan Ramón Jiménez. Con seis novelas en su haber y dos más en camino, Rafael Soler (Valencia, 1947) acaba de publicar 'Ácido almíbar' (Editorial Vitruvio). Pese a los premios, admite, que el mejor cumplido para un autor es oír del lector «siempre descubro algo nuevo cuando leo tu obra».

Publicidad

-Con 'Maneras de volver' (2009) llegó a una quinta edición, que es mucho para un poemario. Una difícil marca que batir con 'Ácido almíbar' ¿no?

-No se trata de superar ninguna marca, sino de completar las dos entregas anteriores ('Las cartas que debía' (2011) y 'Maneras de volver') con poemas que tenía pendientes. 'Ácido almíbar' está estructurado como si fuera el viaje de la vida, desde que nos nacen hasta que nos mueren. Más allá de la ausencia de vida física, la verdadera muerte es el olvido.

-¿Recurre a la poesía para combatir el olvido?

-Sí, peleo contra el olvido con la poesía, que es lo que nos salva. Todo está en un buen poema. La poesía, que es fundamentalmente, es ante todo la mirada personal del poeta sobre el mundo. Si tiene los silencios suficientes puedes conseguir que cualquier lector se reconozca en lo escrito y el poema se termina de escribir con el lector. Así se perdura.

-Incluye un poema para Catherine Deneuve y otro que homenajea a Xàbia. ¿Todo es poetizable incluso la ausencia de belleza?

-Absolutamente todo, el secreto está en la mirada. El poeta es el que va a un mercado, ve lo que nadie ve y es capaz de encontrar la emoción en lo trivial. El poema a la actriz francesa, que era un bellezón, es una forma de invitarle a quedarse conmigo y el de Xàbia es un guiño a mi infancia, aunque yo soy esencialmente mediterráneo.

-Escribe: «Y esa felicidad que nunca llega es un error de cálculo». ¿Estamos programados para calcular mal o es la vida?

-La vida nos atropella. En legítima defensa hacemos lo que podemos y nos aferramos a lo que la vida nos da y nos niega... cuando nos damos cuenta, la vida ha pasado y somos la suma de nuestros errores y fracasos.

Publicidad

-Los poemas son de rápida lectura pero de posterior reflexión sosegada. ¿No debería ser la poesía la literatura del hoy en tanto que apenas roba tiempo y alimenta al intelecto?

-En una sociedad desalentada y desconcertada, donde manda lo trivial, la poesía cada vez ocupa un espacio más importante y se expande en tertulias y por redes sociales, aunque siempre será un género minoritario. La diferencia entre un tuit y un poema es que el segundo nace con vocación de clásico para perdurar y no recoge la actualidad pero si lo hace te descubre lo que hay detrás de la actualidad. Las redes sociales ayudan como altavoces de la poesía yen los tuits se recogen versos aunque no siempre se atribuyen a los autores.

Publicidad

-Parece que ha abandonado la narrativa, ¿es así?

-Para nada, como novelista siempre tengo un misil agazapado. 'El corazón del lobo' se reeditó el año pasado, 30 años después de publicarse por primera vez y recibió la nominación de la Asociación Crítica Literaria Valenciana. Tengo una novela termina y otra en marcha que se publicarán dentro de poco. A los libros hay que dejarles respirar, que los lectores los conozca, no atropellar un libro con otro.

-¿Ser poeta ha perdido el malditismo y ese aire bohemio?

-Para ser poeta se necesita la soledad y que el autor se escuche, pero ahora el poeta tiene presencia pública (participa en recitales y conferencias). El lector de poesía también necesita soledad porque no lee pomas en una fiesta sino también en el silencio y la soledad. Hay poetas malditos, de oficina y populares. Yo soy de los que me gusta escucharme y necesito silencio.

Publicidad

-Desde que comenzó el año la poesía ha perdido Juan Gelman, Félix Grande, José Emilio Pacheco o Leopoldo. ¿Hay relevo?

-Han sido unos meses terribles en el que se han ido los grandes, pero sí hay relevo. Existe un viviero fantástico de jóvenes poetas que están escribiendo muy bien y dentro de pocos años los veremos.

-Los lectores de poesía son...

-Gente necesitada, a la que le regala el libro o tiene un amigo que escribe, aunque lo importante es no perder la oportunidad porque hay jóvenes que abren un libro de poesía, se quedan en shock y luego suelen leer poesía siempre. La poesía genera adicción. Otra cosa es la sociedad, que tiende a lo urgente e inmediato cuando lo que necesita es reflexionar. La poesía es el arte de la reflexión y la sugerencia.

Publicidad

-Está todo ensamblado para amortiguar el pensamiento...

-No hay políticos poetas, ni ministros matemáticos, ni presidentes del Gobierno filósofos y así nos va, no nos va bien. Se ha de formar el gobierno de los buenos y no sé si lo veremos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete a Las Provincias: 12 meses por 12€

Publicidad