D. GUINDO
Lunes, 14 de abril 2014, 02:43
«No queremos ser cautivos de las deudas, por lo que es preciso que el módulo de conciertos, que sigue siendo insuficiente, llegue al menos de forma regular a los centros». Con estas palabras se expresó ayer Vicenta Rodríguez, presidenta de Escuelas Católicas de la Comunitat Valenciana (Escacv), tras la 31 edición de la Asamblea General de la institución, que contó con la participacón de más 120 directores de centros educativos concertados y que clausuró el Arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro.
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Rodríguez realizó esta afirmación en dos sentidos. Por un lado, confesó que la Generalitat todavía adeuda a los colegios católicos concertados cinco meses de los gastos de funcionamiento de los centros. «Eran seis, pero justamente el jueves cobramos un mes, lo que ha aliviado un poco la situación. La verdad es que valoramos el esfuerzo de la Conselleria de Educación y su buena predisposición para atender el resto de impagos», precisó.
Por otro, la presidenta hizo referencia a que esta deficiente financiación (tanto de base como agravada por los impagos) obliga a los centros a asumir los gastos a través de fondos propios, al esfuerzo económico de las congregaciones a las que pertenecen o, incluso, «pidiendo préstamos». En esta línea, «también estamos preocupados por las deuda que estamos contrayendo con los proveedores, por eso creo que estamos prisioneros de estas deudas».
Para Rodríguez es evidente que la Administración «está haciendo un esfuerzo por atender sus obligaciones con los centros concertados, pero nuestra capacidad económica es cada vez más reducida», precisó.
Esta preocupación lleva a los directores «a estar mucho más pendientes de los aspectos económicos de lo que nos gustaría», concretó la presidenta de Escuelas Católicas. Rodríguez puso como ejemplo que la falta de financiación imposibilita a los centros poner en marcha iniciativas «que podrían ser muy interesantes». Al respecto puso como ejemplo la contratación de especialistas para combatir el fracaso escolar o mejorar la formación de los docentes. Además del aspecto económico, Rodríguez reclamó también más autonomía para que estos centros «puedan innovar y mejorar». «Nos preocupa que la Lomce no nos dé la autonomía que necesitamos», añadió.
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Escuelas Católicas también insta a la Administración autonómica a mantener las exenciones vigentes hasta ahora «en materias tan sensibles como las becas escolares, por el carácter social de nuestros colegios». «Consideramos que el impacto económico para nuestros centros es inasumible y puede ahogar la gestión económica», auguró.
Durante el encuentro se hizo entrega a los centros ganadores de la primera convocatoria del premio a la Innovación y Buenas Prácticas de Pastoral Escolar, organizado por la institución y la editorial Santillana, en el que han participado 23 centros educativos. Los galardonados fueron el Parque Colegio Santa Ana de Valencia que, con la propuesta de Taller de Oración, se alzó con el primer premio. El segundo correspondió al centro Sagrado Corazón-Esclavas, también de Valencia, mientras que el tercer premio correspondió al Colegio Claret de Xàtiva.
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