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VICENTE LLADRÓ
Sábado, 26 de abril 2014, 03:19
La popular calle Roteros de Valencia, en el barrio del Carmen, cuenta con una de esas denominaciones que, a fuerza de escucharlas y repetirlas se hacen como nuestras de toda la vida, sin que en realidad sepamos qué significan exactamente.
Sabemos que Roteros va de la plaza del Carmen hasta la calle de Serranos, junto a las torres del mismo nombre, y que es paralela a Blanquerías, en la margen derecha del viejo cauce del Turia. Muchos de los que no vivimos allí conocemos y transitamos Roteros, además, porque es sitio que alberga varios restaurantes, porque al lado mismo está la casa de 'les Roques', los monumentos alegóricos que se exhiben en la procesión del Corpus, e, incluso, algunos recordarán que allí hubo una afamada tienda de muebles que se hizo muy popular a base de repetidos anuncios en la radio de los años sesenta. Era 'Muebles Peris; Roteros, 14, Valencia'.
Pero ¿quienes eran los 'roteros' que se hicieron merecedores de tener una calle con su nombre?
En el Almanaque de LAS PROVINCIAS para 1915, que contiene el resumen de lo acontecido en 1914 y diversas colaboraciones, el médico e historiador José Rodrigo Pertegás vino a desvelarnos el misterio, para lo que desmintió además errores anteriores.
Durante mucho tiempo se creyó que el nombre de Roteros surgió por deformación del término 'Troteros', como se llamaba popularmente a quienes tenían el oficio de ser correos. Esta explicación, nos recuerda Rodrigo Pertegás que se la debemos a una «poco meditada opinión» del historiador Escolano, quien razonó en el siglo XVII que en dicha zona vivían los que tenían la citada profesión y que la denominación databa desde la época árabe.
Rodrigo Pertegás citó en 1914 que Ortiz y Orellana ya pusieron en duda en el siglo XVIII las razones de Escolano, quien no tuvo en cuenta en sus apreciaciones que los 'troteros' o correos no llegaron a formar un gremio en tiempos tan antiguos y que, tras la conquista de la ciudad por Jaume I, en el 'Llibre del Repartiment' se habla de Roteros para referirse a un barrio junto al río, al tiempo que se cita a 'trotarius' o 'troter' cuando se habla de la profesión. Es decir, que no eran sinónimos.
Por otro lado, en el 'Repartiment' no consta que ninguna de las donaciones en ese barrio se hiciera en favor de ningún 'troter', «ni se refiere a posesiones que hayan pertenecido a ninguno de ese oficio, con lo que se prueba la equivocación que padeció Escolano».
Por contra, Pertegás nos desvela que el nombre de Roteros se relaciona con 'rothorium', vocablo del latín vulgar con el que se designaba cada una de las balsas o depósitos de agua para macerar lino o cáñamo.
El lector recordará en este punto, sin duda, imágenes del norte de África, tantas veces divulgadas, en las que aparecen sucesiones de pequeñas balsas dispuestas para tintar tejidos. Porque eso mismo es lo que nos señala Rodrigo Pertegás, quien asegura que en el barrio ya se asentaban, antes de llegar Jaume I, las fábricas musulmanas de tejidos y curtidos, y allí se establecieron después los cristianos, que utilizaron los 'rothorium' que ya existían.
Por cierto, si 'rothorium' nos sugiere el término rotar, o sea, dar vueltas, rodar..., nada más apropiado con lo que se hace en esas balsillas o tinajas para curtir pieles, tintar o remojar y batir lino o cáñamo, para domar sus fibras y poder tejerlas.
Narra José Rodrigo Pertegás que el barrio de Roteros llegaba hasta las actuales calles de Portal de Morella y Sanchis Bergón, incluía la antigua mancebía y muchos huertos que se regaban de la acequia de Robella (que sigue pasando hoy por debajo de las casas y calles). Era más bien un suburbio aún medio rural y quedaba a nivel del río (riadas y escombros elevaron después el nivel de las calles), lo que facilitaba el desvío del agua necesaria para la actividad de los 'rothorium' o roteros. Por otra parte es sabido que en las huertas próximas, además de productos alimenticios se cultivaba lino y cáñamo.
Cuando Pertegás contó esto, hace un siglo, aún había en activo en Roteros tenerías de curtidores, y debieron seguir hasta que la ciudad moderna acabaría por expulsarlas a nuevos suburbios, los polígonos industriales que emergieron en el extrarradio de la urbe.
Por cierto que 'roter' también tiene otro significado que no andaría muy lejos del caso. En Mallorca se llamaba así al agricultor pobre y sin tierras al que el amo o noble del lugar le cedía una porción de terreno donde cultivar para su familia. Era una cesión temporal, que iba rotando, y en nuestro antiguo suburbio de Roteros también hubo hasta tiempo atrás pequeños huertos.
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