
P. MORENO
Lunes, 28 de abril 2014, 04:10
Llevaban un mes desaparecidos, aunque los voluntarios de la Protectora Modepran no se habían dado por vencidos y, como los rescatadores de la película infantil, al final han podido dar con ellos. Can Can y Baila ya descansan en el refugio municipal de Benimàmet tras ser trasladados desde Casinos y Burjassot, donde aparecieron después de un nuevo robo sufrido en el recinto de Valencia de perros de razas consideradas peligrosas.
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Aquello sucedió a finales de marzo, pese a la intensa vigilancia de los voluntarios. Los ladrones aprovecharon un rato donde no hubo nadie por la noche en el refugio para entrar y llevarse dos perros de presa. Sabían perfectamente lo que buscaban y a la hembra, Baila, la han estado entrenando para peleas ilegales. Tiene signos inequívocos como las orejas recortadas (a tijera y donde sufre una seria infección), además de un aumento notable de la musculatura, seguramente a base de hormonas y otros productos.
El macho, un bóxer de gran tamaño mezcla de pitbull, apareció en Casinos desnutrido y deshidratado. Un joven lo llegó a la Policía Local pero difundió la fotografía en redes sociales por si alguien lo reclamaba. Tuvo éxito porque los rescatadores llevaban tiempo indagando en varias páginas y reconocieron enseguida a Can Can. Lleno de bichos y mucho más delgado, pero enseguida enviaron un coche para devolverlo al refugio de Valencia.
El caso de Baila fue más tortuoso, según indicaron ayer fuentes de la asociación Modepran. «Tenemos constancia de que querían utilizarla para peleas ilegales». Voluntarios de la entidad se hicieron pasar por propietarios de otros perros de presa, aunque no lograron conseguir información suficiente para presentar una denuncia. «Se echaron para atrás pero sí que conseguimos que la abandonaran».
Tras ser recogida en la protectora de Burjassot, los responsables de este recinto llamaron a Modepran para dar la buena noticia. «Está más agresiva y de momento no puede estar con otros perros, pero la estamos tratando y mejorará», indicaron las mismas fuentes. Esa actitud esconde el miedo que ha pasado el animal durante las cuatro semanas que ha estado en poder de los ladrones, que la torturaron con las heridas en las dos orejas.
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El recinto de Benimàmet tiene cámaras de vigilancia y los voluntarios hacen guardias nocturnas, aunque Modepran ha pedido al ayuntamiento que mejore el sistema de seguridad. Los voluntarios siguen buscando a otros dos perros de presa que siguen desaparecidos.
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