

Secciones
Servicios
Destacamos
F. P. PUCHE
Domingo, 29 de marzo 2020, 00:18
La información disponible en el Almanaque de «Las Provincias» sobre la epidemia de cólera que sufrió la ciudad y la región valenciana entre mayo y septiembre de 1885, muestra vivamente los sufrimientos de todos y ayuda a imaginar el padecimiento de los redactores del periódico. Pero no hay noticia de que el periódico faltara a su cita con los lectores. A pesar de que la epidemia no remitió de verdad hasta septiembre, al final del verano, en agosto, cuando «apenas» había ya tres infecciones diarias, se quería cantar en la Catedral el Tedeum, la ceremonia de acción de gracias por el final de la epidemia. Con todo, el gobierno determinó que para decretar el final del ataque colérico «habían de pasar veinte días después del último caso».
La salida de los cuarteles de los militares, la burla de los cordones sanitarios, la tardía toma de decisiones de las autoridades, todo reseñado en nuestras páginas, son signos que evocan «tiempos modernos». Pero la sanidad actual está incomparablemente más preparada que la de 1885, cuando el doctor Ferrán intentaba, entre dificultades de todo tipo, aplicar su vacuna. En el «pico» de la epidemia, en julio, hubo un día con 169 fallecimientos sólo en la ciudad. El balance que dio el periódico a principios de agosto sumó 39.494 casos en la provincia de Valencia, con 12.940 defunciones.
Estimación al alza
El Almanaque anota, no obstante, que «el número de víctimas debía ser algo mayor, porque muchos fallecimientos producidos por el cólera se atribuían a otras enfermedades». Y remata: «Ninguna otra provincia de España había sido tan castigada por la epidemia».
En 1918, la gripe que nuestros abuelos llamaron «cucaracha» mató a millones de europeos en los últimos compases de la Guerra Europea. La historia de por qué fue llamada «gripe española» es conocida; el hecho de que aquel virus era de origen porcino y lo trajeron soldados americanos a Europa lo es menos. Pero lo que importa es constatar que las colecciones digitales de «Las Provincias» están completas y el que periódico no faltó a su cita obligada con los lectores pese a los duros días de epidemia.
En las reseñas de octubre y noviembre de 1918, el Almanaque de «Las Provincias» da interesantes datos que harían eterno este reportaje. Los teatros se cerraron a mediados de octubre, en el tercer mes de la enfermedad; y sólo entonces se empezaron a controlar a los españoles que venían de Francia portando el virus. Anotemos, no obstante, que «cebábase la enfermedad en la gente joven, siendo la mayoría de los atacados de 18 a 40 años».
¿Cuándo se ha perdido el contacto temporal entre «Las Provincias» y sus lectores? Sólo en casos de guerra y huelga general. Tras el 18 de julio de 1936, el periódico fue incautado por los anarquistas, que usaron las instalaciones para editar «Fragua Social», un periódico de su línea política. «Las Provincias» no volvió a la calle hasta 1939.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.