PACO MORENO
Domingo, 8 de junio 2014, 00:03
valencia. La Albufera rebosa simbolismo y sentimiento para los valencianos, aunque también es un enorme contenedor de problemas, principalmente en forma de fósforo y agua estancada. Ese podría ser el burdo diagnóstico de lo que ocurrió en el lago en los años 70, cuando dejó de ser el humedal descrito por Vicente Blasco Ibáñez en sus novelas para convertirse en un gran vertedero de todo tipo de residuos.
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La situación ha mejorado mucho desde entonces, aunque siempre en un equilibrio demasiado precario. Por esa razón, el Plan de Cuenca del Xùquer ahora en tramitación y a falta de un decreto del Gobierno ha provocado quejas y movilizaciones. La normativa anterior hablaba de un aporte mínimo de 100 hectómetros cúbicos, cantidad que ahora ha pasado a 167 hectómetros cúbicos al año, cifra considerada insuficiente por entidades ecologistas y el propio ayuntamiento.
El agua es, pues, una de las claves en la recuperación del lago, para lo que ya se afilan argumentos y debates de cara a la aprobación del próximo plan hidrológico. El de ahora ha ido con tanto retraso que sólo servirá un año, para dar paso al llamado segundo ciclo de planificación, que irá de 2015 a 2021.
La Confederación Hidrográfica del Júcar asegura en ese documento que, con los deberes hechos, en 2027 podría hablarse de niveles de fósforo aceptables, aptos para el desarrollo de la vegetación subacuática y la fauna del parque natural.
Pero eso es un propósito, mientras que la realidad son los diferentes sectores que viven del parque natural y condenados a entenderse. El último de los conflictos, publicado por LAS PROVINCIAS esta semana, ha sido la mortandad de anguilas ocurrida en la última campaña, suceso del que la Comunidad de Pescadores de El Palmar todavía no tiene una explicación fehaciente.
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La pudrición de la paja del arroz, unido a la baja calidad del agua, está detrás de este incidente, insisten en la entidad, aunque sin poder probarlo. Eso sí, de cara a la próxima campaña sólo hacen un ruego: agua limpia y en abundancia.
La culpa de buena parte de estos conflictos la tiene, según el representante de Acció Ecologista Agró en la Junta Rectora de la Albufera, Víctor Navarro, el inexplicable retraso del Plan de Usos. «El plan debe regular los funcionamientos del parque, pero sobre todo servir de impulso a las iniciativas que se hagan para mejorarlo». La Conselleria de Territorio prometió un borrador para diciembre de 2013, una fecha ampliamente rebasada, cuando ya entonces acumulaba demora.
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El anterior fue tumbado por una sentencia del Tribunal Supremo, aunque cuando la entidad ecologista logró que se retirara prácticamente había caducado ya. En síntesis, eliminó de un plumazo las opciones para edificar en el parque natural, con ejemplos como una promoción de viviendas adosadas en el sur de Pinedo y un hotel en primera línea de playa, en la parcela de la antigua fábrica Plexi.
«El anterior lo aprobó Blasco (Rafael) y ya dijimos que era un plan del ladrillo. Recurrimos y ganamos en el Tribunal Superior en 2008, aunque el fallo no entró en aspectos como el del agua», dijo Navarro. Para mejorar la calidad del agua, defiende más inversiones del Gobierno, donde cita como ejemplo los filtros verdes del viejo cauce. «No se sabe muy bien la razón de que se hayan abandonado», asegura.
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Estos filtros debían servir para mejorar la calidad del agua depurada llegada desde la planta de Pinedo, aunque en otros lugares se experimentan también. En el documento que servirá para el debate del próximo plan hidrológico se cita que los probados en el Tancat de la Pipa y las depuradoras de Sollana y Albufera Sud han tenido buenos resultados para reducir el fósforo, aunque a un precio demasiado elevado El primero, por ejemplo, sale a un coste de 400.000 euros anuales. Por ese motivo se están probando alternativas más baratas.
Pero una de las características de la Albufera es que se trata de un parque natural por donde discurren carreteras de gran intensidad de tráfico. El presidente de la asociación de hosteleros de El Palmar, Emilio Gálvez, aboga por mejorar esta infraestructura. «Hace años luchamos por un túnel y por ampliar la autovía. Ahora, la Generalitat está como está», dice, para añadir que cuando pase la crisis, la primera de las reivindicaciones será pedir mejoras en los puentes de la carretera de acceso a la pedanía de El Palmar.
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Jaume Dasí, representante de la asociación Amics de la Casa de la Demanà de El Saler, reclama por su parte que se reduzca la velocidad máxima en el tramo de autovía que pasa junto a las viviendas de esta pedanía. Para eso están recogiendo firmas, además de reclamar que se coloquen semáforos de velocidad para reducir el ruido que sufren.
Distintas maneras de ver el parque natural, aunque parece que la reclamación de agua más limpia, es decir, fluvial en lugar de caudal depurado, es unánime en muchos sectores. El documento que expone la Confederación lo dice con claridad: «una alternativa a analizar consistiría en no considerar los efluentes de depuradora en la contabilidad de esos aportes», es decir, descontar el caudal de Pinedo de lo que debe llegar al lago. El debate está servido.
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