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Jose Forés Romero
Jueves, 24 de julio 2014, 21:24
El movimiento moderno en Valencia está vinculado a lo que sucede en Europa y en el mundo. Si bien, allí donde surge, en Holanda y Alemania, sus primeros pasos llegaron a partir del año 1917, su entrada en España se hace esperar hasta mediados de los años 30. «Esa arquitectura es mucho más comedida que en otros países, porque el ambiente cultural es de salida de estilos históricos en la búsqueda de lo esencial de lo popular», afirma Juan Blat, arquitecto y profesor de la UPV.
El 'Art decó'
La exposición de 1925 del 'Art decó' ayuda a cambiar esa tendencia. Se plantean, desde entonces, ciertos toques expresionistas por un lado y unos más austeros, por otro. Esto último se percibe en el edificio Alonso de Luis Albert, ubicado en la Calle San Vicente y que hace esquina con la calle Xátiva. «Es un gran ejemplo de una arquitectura desprovista de ornamento, clara, rotunda, aerodinámica, enfatizando la verticalidad y con un ligero toque expresionista en la forma curva de las esquinas», explica Blat.
Parecido a este ejemplo es el de la piscina de Las Arenas de Gutiérrez Soto. «Destaco su carácter funcional, claro, no formal, donde se ve el programa como elemento generador de la forma, la estructura, las asimetrías y la falta de referencia a los edificios históricos, es limpia y blanca», explica el experto sobre esta construcción creada en 1934 y reconstruida en 2006 por la cadena hotelera que ahora es propietaria de ese espacio.
Estos casos marcan, según Blat, el salto y el olvido de lo clásico.«Sustentado por la necesidad de que las fachadas eran muros de carga portantes, y que con la aparición del acero y hormigón, aquello deja de tener sentido y los arquitectos buscan fachadas que demuestren ese avance».
La arquitectura se modifica
Tras el paréntesis de la Guerra Civil y de la post guerra, surgen movimientos acordes con el arte del momento. A finales de los 50 aparece una nueva corriente de la mano en Valencia de Fernando Moreno, que diseña la antigua Facultad de Derecho. Y aparece el colegio Alemán, que aunque de creación alemana, está dirigido por arquitectos valencianos. «La arquitectura se relaciona de otra manera con la línea de la calle, con espacios verdes, de relación entre horizontales y verticales, que para verla no basta con un golpe de vista, hay que desplazarse para entenderla», apunta el arquitecto. Prima pues, la libertad sobre las imposiciones de urbanismo.
En el ámbito de la vivienda, hay casos que en su día revolucionaron el concepto de diseño de edificios. Es el caso del grupo de viviendas de Santa María Micaela en Pérez Galdós. «Se plantean tres bloques, dos de gran altura y uno de baja, tan propio del movimiento, la relación entre lo alto y lo bajo y además crea espacios interiores de juego, de esparcimiento de la gente, alejándose y eliminando el patio de luces, además del uso en fachada de una modelación muy estricta», sostiene Juan Blat.
Otros hitos de este movimiento son el Colegio Guadalaviar, la Fábrica y Edificio Buch, los edificios Gómez o el Merle.
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