
DANIEL GUINDO
Viernes, 1 de agosto 2014, 23:41
En la comarca de La Ribera, especialmente en la zona de el Marquesat que agrupa a localidades como Alfarp, Catadau o Llombai, algunos agricultores se están viendo obligados, incluso, a serrar los árboles frutales de sus campos por la falta de agua. Otros, como lamentan desde la delegación que la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA) tiene en la región, ni siquiera cuentan con capacidad económica para abatir los ejemplares, por lo que «han decidido cerrar el grifo y que sea lo que Dios quiera».
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La intensa sequía, que desde hace meses tiene en jaque al campo valenciano, ha venido agravándose hasta dejar completamente secos decenas de pozos de riego en la provincia, situación que ya está obligando a algunos agricultores valencianos a adoptar medidas desesperadas, como el abandono, muy a su pesar, de sus propias explotaciones agrícolas.
Según el último estudio elaborado por la entidad, son ya más de 12.000 los regantes valencianos que están sufriendo severas restricciones en el suministro de agua, que llegan incluso hasta el 85% de la cantidad que estaban recibiendo hasta ahora, y con la que conseguían hacer frente a la carestía de agua de lluvia. Este recorte, sumado a la peor sequía que ha azotado a la Comunitat en los últimos años, ha llevado hasta el límite a más de 10.000 hectáreas de cultivos por lo que las próximas campañas de uva, naranja y caqui corren un serie peligro, según advirtieron ayer desde la asociación.
Construir nuevos pozos
Sólo en la provincia de Valencia, una treintena de comunidades de regantes están sufriendo cortes en el suministro de agua, con una caída en las horas de riego de entre el 20 y el 85%.El término municipal de Godelleta sigue siendo una de las zonas más afectadas, ya que sus pozos se encuentran sólo a un 10% de su capacidad. Esta «dramática» situación ha obligado a unos 1.300 labradores de la zona a asumir una inversión de unos cinco millones de euros para construir nuevos pozos y tratar de salvar sus explotaciones.
Sin embargo, no podrán evitar que la producción de uva y naranja se desplome este año a menos de la mitad de la cantidad registrada en la campaña del pasado ejercicio.
En la zona de Llombai, el pozo La Arena lleva completamente seco un mes y medio, por lo que los agricultores han tenido que solicitar «caudales de auxilio» desde el canal Júcar-Turia para tratar de evitar que decenas de hectáreas de caquis, naranjos y melocotoneros se sequen.
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Los pozos del Real, por su parte, sólo son capaces de ofrecer el 30% del caudal necesario, por lo que los labradores deben asumir restricciones en el riego de varias horas al día. También están teniendo problemas zonas como la de Turís, Cheste, Chiva o Monserrat, donde los pozos rondan el 60% de su capacidad.
En la comarca de la Ribera, según advirtieron desde AVA, en más del 90% de las explotaciones, la escasa cosecha de fruta de verano «no va a suponer ni la mitad del coste de producción, por lo que mucha gente lo va a pasar muy mal lo que resta del año, ya que van a tener que poner mucho dinero de su bolsillo».
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La creciente sequía ha hecho que las últimas cosechas ya hayan sido «ruinosas». «Se ha producido una merma de más del 30% de la producción, con menos calibre, un peor producto y a menor precio», resumieron desde la asociación, por lo que, desde la delegación de AVA de La Ribera, auguran que la próxima campaña de fruta de verano «va a ser todavía más nefasta».
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