Las exigencias de los barrios de Valencia

Más limpieza de las calles y mejora de los servicios básicos. Esas son las principales reivindicaciones de las asociaciones de vecinos de Valencia ante el inicio de la nueva temporada. Peticiones más bien realistas y alejadas de los grandes proyectos que aterrizaron en su día por la ciudad.

Solicitudes como las que llegan desde Orriols, donde se suspira por la recuperación del solar de la ermita, marcado por el abandono, la suciedad y el aparcamiento desordenado e improvisado, que afean una zona histórica que desde hace unos años comparte ubicación con la nueva iglesia.Además, la entidad vecinal del barrio exige una inspección gratuita de los edificios para evitar desprendimientos de las fachadas.

Las principales reclamaciones en el barrio de San José vienen marcadas por las consecuencias típicas del botellón. Piden más control y a la vez, más limpieza en una zona donde aparcar se convierte en una misión imposible, sobre todo cuando las clases comienzan, llegandose a estacionar coches en doble e incluso tercera fila, sin mirar en los problemas que ello produce.

Aquí como en Marxalenes también se demanda una poda de arbolado más efectiva que la que, según reclaman, se hace en los diferentes distritos de la ciudad. Acciones necesarias para evitar caídas de ramas y arbolados que pueden y han provocado accidentes en la época estival. En esta zona se producirán muchas movilizaciones en los próximos meses para, una vez más, solicitar el fin de la degradación de Bombas Gens, edificio Art Decó histórico, y lo harán para que el consistorio ofrezca una solución para la rehabilitación de la antigua fábrica de aceite.

Y hablando de soluciones. En Creu Coberta quieren que los barracones del instituto José Soto Micó pasen a ser historia después de doce años de existencia. De momento las aulas prefabricadas seguirán formando parte del paisaje urbano de esta parte de la ciudad, en la que sus residentes solicitan una mayor limpieza y un mejor asfaltado de algunas de sus vías principales como la de la calle Carteros.

De vías y calles también hablan en San Isidro. Su problema, que hay algunas que no están cerradas del todo. Como la de la calle José Andreu Alabarta que estrecha su trazado provocando algunos problemas en los giros de vehículos pesados, que topan con un solar convertido como muchos, en aparcamientos donde todo vale.

Son algunas demandas de los barrios que se reproducen en otras zonas como Malilla donde piden un centro de salud o en Benimaclet donde se quejan de la ocupación de aceras por las terrazas. Lo de las plagas de cucarachas y ratas daría para un serial de quejas vecinales