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La llamada de las Fallas

A las 19 horas, la alcaldesa de Valencia marcará los números de las dos elegidas para representar a la fiesta durante el próximo ejercicio

julio tormo

Miércoles, 15 de octubre 2014, 01:03

La primera fallera mayor de Valencia, Angelita Algarra, fue elegida en 1930 en una velada a la que se presentaron 80 jóvenes.

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Momentos de nervios, de expectación, de sonrisas y de lágrimas. El acto de hoy elegirá a la fallera mayor de Valencia número 86 y a la fallera mayor infantil de Valencia número 75.

Pero no siempre ha sido así, la elección y nombramiento de las falleras mayores, tal como lo conocemos en la actualidad. Hay que recordar que la primera fallera mayor, entonces se llamó reina fallera, fue Angelita Algarra, perteneciente a la falla de la Plaza del Negrito. Se eligió en el Umbracle que había en los Jardines del Real, en el transcurso de una velada organizada por el Comité Fallero en el mes de agosto de 1930. Se presentaron 80 señoritas.

Un año después, a la hora del recuento de los votos emitidos por los asistentes, hubo empate. El comité central fallero aceptó el resultado y ese año Valencia y las fallas tuvieron dos bellezas falleras, Consuelo Cariñena y Cruz Roble.

Al año siguiente fue un jurado quién tuvo la responsabilidad de elegir a Leonor Aznar como fallera mayor, la primera vez que oficialmente se utiliza esta denominación entre las cinco finalistas, en el trascurso de una gran fiesta.

Cambio de sistema en 1935, cada comisión fallera presenta a su candidata, con sus tres fotografías correspondientes a tres poses: de frente, de lado y de cara. Son expuestas en un popular comercio de la época, Casa Cuadro. De nuevo por votación popular, se seleccionan cinco finalistas, entre éstas, el Comité Central Fallero presidido por Juan Insa, de la popular y desaparecida casa Insa, escoge como fallera mayor a Vicentita Montoro.

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En 1936, año de triste recuerdo, la elección final tiene lugar en el mes de febrero en el Teatro Principal. Mucha expectación y mucha pasión, también por votación entre las cinco finalistas, sale triunfadora Filomena Montoro. En este año y en una reseña publicada en el diario LAS PROVINCIAS ya se menciona a la fallera mayor infantil, en la persona de la niña Marcela Cloquell, aunque ésta no tuvo ningún cometido en la fiestas.

Tras la guerra civil cambia radicalmente el sistema de elección de la fallera mayor, es una potestad exclusiva del alcalde, a su vez nombrado éste directamente por Franco. La primera será la joven de tan sólo 15 años, Maria Luisa Aranda, hija del General Aranda, que había entrado en Valencia al frente de las tropas franquistas.

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A final de los 60 llegó a la presidencia Juan Bautista Martí Belda, un hombre con muchas ideas novedosas, un avanzado de la publicidad y el marketing. Así en 1967, él y algunos altos cargos de Junta Central Fallera se desplazan a Londres para comunicar a la joven María Dolores Palmero Salcedo, que se encontraba allí estudiando, que será la fallera mayor.

Tras la toma de posesión del primer Ayuntamiento democrático tras la dictadura franquista, se encuentra una fórmula para sin saltarse el reglamento fallero, que reservaba al alcalde la facultad de nombrar a las falleras mayores, fuesen éstas escogidas por un jurado.

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El alcalde delegó en un jurado. Así las trece señoritas seleccionadas en el pabellón municipal de Viveros no podían imaginar que una de ellas, al igual que las niñas, sería la fallera mayor y la fallera mayor infantil.

Menuda sorpresa tuvo Carmen Dolç, que estaba en su casa cenado con su madre, su padre y hermano estaban de viaje cuando le llamó el alcalde Pérez Casado para comunicarle que era la fallera mayor de Valencia de 1980.

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Como le ocurrió a la niña Laura Carsí. El nombramiento quizá con mas anécdotas fue el de Amparo Marín, FMV 1981. Entonces era estudiante de COU que esa tarde había salido con sus compañeros. Llamaron de alcaldía, no había nadie de su familia, excepto su hermana Elisa, que no se lo podía creer. Entonces no había móviles, no le pudo comunicar nada a nadie. Cuando Amparo llegó a su casa se encontró a toda la familia llorando. Amparo pensó enseguida en su abuelo, que estaba muy delicado, le salió del corazón «¿ha faltado el abuelo?» Todos le contestaron «eres la fallera mayor».

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