Agua para todos». Así rezaba una de las banderas más exitosas que durante años enarboló el PP. Bajo ese eslogan, los populares consiguieron una movilización social como ya no se recuerdan en defensa de algo que los ciudadanos entendían que era de todos y de lo que no se podían apropiar unos cuantos. Pues lo mismo, exactamente lo mismo, está ocurriendo ahora.
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La ciudadanía se revuelve cuando algo que también es de todos, el dinero público, se lo reservan para su disfrute unos cuantos. El «agua para todos» le funcionó al PP, es cierto. Lo del «amor para todos» le está saliendo ya bastante más caro.
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