P. MORENO
Sábado, 15 de noviembre 2014, 23:23
valencia. La junta de gobierno aprobó el pasado viernes el pago por la expropiación de la antigua fábrica la Ceramo, por la que se pagará un total de 2,39 millones de euros. De este modo, la propiedad pasa a ser municipal para la restauración del inmueble protegido y su utilización como dotación pública.
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El acuerdo por la expropiación se remonta al pasado julio, aunque no ha sido hasta esta semana cuando se ha decidido abonar la cantidad citada a la empresa propietaria. La Ceramo es uno de los símbolos del barrio de Benicalap y una de las fábricas más representativas de Valencia, dado que de sus hornos salió buena parte de la cerámica que adorna edificios como la estación del Norte, el mercado de Colón o incluso algunas estancias del ayuntamiento.
El aspecto oriental de su fachada se debe a que el fundador de la firma, José Ros Furió, era un enamorado de dicha cultura, lo que reflejó en el inmueble construido en 1885. Entre sus muros se elaboraron piezas cerámicas de enorme valor, al recuperar técnicas hispano árabes de varios siglos atrás.
Pero tras el cierre de la factoría llegó su decadencia. La fachada principal recae al número 142 de la avenida Burjassot, justo a la altura de la plataforma del tranvía. Este verano, sin ir más lejos, se desplomó parte de la cubierta.
El portavoz municipal de Esquerra Unida, Amadeu Sanchis, dijo tras conocer la decisión de la junta de gobierno que supone «una noticia inicialmente positiva aunque no en su totalidad». El edil afirmó que dicha expropiación «llega demasiado tarde con una situación del inmueble que dista mucho de ser la adecuada ya que durante todos estos años el equipo de gobierno del PP ha permitido que el propietario mantuviera el edificio abandonado en una situación de ruina vergonzosa».
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Sanchis señaló que, aunque EU lleva años defendiendo la expropiación de este inmueble, «hubiéramos preferido utilizar la figura jurídica de la expropiación-sanción que, como ya hemos defendido tanto en este como en otros casos, nos parece la más adecuada».
Este instrumento legal posibilita la expropiación pero, a la vez, sanciona al propietario por incumplir con sus obligaciones. Por otro lado, el edil dijo que después de haber perdido la oportunidad de adquirir otro de los edificios emblemáticos de la zona como Bombas Gens, comprado por una fundación, «confiamos en que en este caso el equipo de gobierno sí se reúna con los vecinos y acuerde un uso consensuado con todas las entidades».
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