LAS PROVINCIAS
Miércoles, 26 de noviembre 2014, 20:25
Ayudar no es dar un bocadillo. Ayudar significa dar asistencia global porque el objetivo es salir de la calle, no quedarse en ella. Así lo explicaba ayer Inma Soriano, responsable del Centro de Atención Social a Personas sin Techo (CAST) de Valencia durante las I Jornadas de Coordinación en la Acción Social con Personas sin Hogar celebradas en el complejo deportivo La Pechina.
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En lo que llevamos de año se han atendido a 844 personas (en 2013 fueron 914) que no tienen hogar. Casi la mitad tiene una adicción (21% alcohol, 15% drogas y un 2% con alguna ludopatía) y el 15% padece una enfermedad mental. La edad media, entre 41 y 50 años. El perfil de los ciudadanos sin hogar es muy diverso y por eso las respuestas tienen que ser también diferentes, puntualiza Raúl Martín, trabajador social en la cárcel de Picassent
No existe un cálculo exacto de personas que viven en la calle, pero las entidades y asociaciones estiman que en Valencia ciudad un centenar de personas duermen a la intemperie todos los días. Alertan de que se trata de un sector cronificado y en algunos casos muy deteriorados. En determinadas épocas, como en la recogida de la naranja, se duplican, incluso se triplican los casos, señala Cristina Sánchez de la Asociación Valenciana Caridad. Mientras que el perfil de personas sin hogar es mayoritariamente español (el 70%), los que viven en la calle son extranjeros. El apoyo familiar beneficia a los españoles, no ocurre lo mismo con los inmigrantes, señalan.
Y aunque la crisis ha disparado las estadísticas de pobreza, no han aumentado las personas sin techo. La crisis ha afectado sobre todo a las familias de clase media que tienen aún ahorros para ir tirando, explica María Jesús Felipe, trabajadora de Bienestar Social.
Propuestas y proyectos
En la actualidad la concejalía de Bienestar Social de Valencia realiza un proyecto, en colaboración con otras entidades como el CAST, Cáritas o la Asociación Natania, para conocer la situación real de las personas que no tienen hogar. Están en fase de entrevistas y hasta dentro de unos meses no presentarán las conclusiones.
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La creación de una red nacional de personas sin hogar para que cuando se cambian de ciudades, los profesionales no tengan que empezar de cero, señala Martín. Los profesionales también huyen de los macroalbergues ya que favorece a que las personas se encuentren peor. Lo más importante es la motivación para producir el cambio, puntualiza Martín.
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