Se reparten hasta las mordidas, por eso crecen más los descontentos que se quedan con la boca abierta. La célebre caja B, que nunca está vacía del todo, revela que se pagaron, desde 1995, más de 3,3 millones de euros a funcionarios y cargos públicos. No se libra casi nadie, ya que un golfo hace ciento, pero los testigos del impúdico banquete están hartos, mientras otros se hartan de comer. En el fondo todos tenemos vocación de comensales, aunque a algunos nos impida cumplirla nuestras convicciones, que quizá sean pocas, pero firmes. Para una vez que se vive no vale la pena sacrificarlo todo para vivir mejor que el de enfrente. Debemos acostumbrarnos a comer nuestro pan y a beber nuestra ginebra con el sudor de nuestra frente y no con el sudor de los de enfrente, aunque estén afiliados al mismo sindicato. El histórico líder Cándido Méndez se dispone a dejar su cargo, tras 21 años en UGT, que son muchos, aunque a él le parezcan pocos o por lo menos los suficientes.
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