Comienza uno pegando bofetadas y acaba pegando tiros. La frase no es mía (Dios me libre a mí de pronunciar semejantes palabras y mucho menos de pensarlas), sino de quien aspira desde Compromís a presidir la Generalitat. La pronunciaba hace escasos diez días para referirse a la diputada popular Elisa Díaz que el martes se sentaba en el banquillo acusada de agredir a una ciudadana británica. Así empezó el juicio a primera hora de la mañana hasta que, oídas las partes, y los testimonios de los testigos, el fiscal retiraba la acusación contra la diputada popular y llegaba a la conclusión de que la agredida había sido ella.
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