El Hospital General cubre las ventanas de quirófanos tras las quejas vecinales

Los vecinos de la calle Pare Esteban Pernet ya pueden asomarse a las ventanas de sus casas sin tener que asistir a una intervención quirúrgica en directo o contemplar enfermos postrados en camas despertando de la anestesia. Las denuncias por la "increíble e incómoda" visión que ofrecían estos enormes ventanales sin cubrir se zanjaron el sábado por la mañana, cuando varios operarios del Hospital General colocaron vinilos en estas zonas sensibles.

Los residentes acudieron la semana pasada al centro sanitario y denunciaron a través de LAS PROVINCIAS que llevaban diez días sin poder correr las cortinas de sus domicilios para no toparse forzosamente con la actividad médica quirúrgica del edificio, abierto recientemente, como si de una vívida serie televisiva se tratara.

La ausencia de cortinas o cualquier otro elemento tupido que cubriera los cristales convertía las ventanas, especialmente al caer la tarde cuando la luz exterior de la calle iba menguando, en enormes e iluminadas pantallas gigantes operatorias y postoperatorias.

Intimidad del paciente

Los vecinos del quinto piso del edificio situado al otro lado de la calle alertaron que podían ver desde sus domicilios todo lo que sucedía en las salas del hospital, lo que ponía en jaque no sólo la intimidad de los pacientes, sino también la del propio personal sanitario.

Fuentes del centro hospitalario recalcaron ayer que el material para cubrir los polémicos cristales "estaba encargado y pedido desde hacía tiempo por la dirección, pues se trata de vinilos hechos a medida. Finalmente, se colocaron todos el sábado por la mañana, por lo que la situación está completamente resuelta".

Sin embargo, los vecinos consideran que si "tan rápido los han puesto ahora, cuando nos hemos quejado, no entendemos cómo no se había previsto antes algo tan obvio, si saben desde el principio que es un edificio quirúrgico y que lo más normal es cubrir las ventanas para que no se vea nada desde fuera".

Marian, una de las afectadas, relataba cómo había visto a un médico con un bisturí en la mano, "a punto de hacer una incisión a un paciente en la barriga" y que sólo la habitual tela verde de las operaciones le evitó el "mal trago". Su hijo de seis años llevaba días sin poder asomarse a las ventanas del comedor para no ver "enfermos con goteros tapados sólo con sábanas o médicos con mascarillas" . "Es como si estuvieras allí, en la habitación con ellos", recalcaba Mónica, otra de las vecinas de la calle. "Nos hemos sentido muy violentos con esta situación. Por eso esperamos que cuando se pongan en marcha las salas del piso superior, en las que ahora se ve material sanitario pero no personal ni pacientes, se tapen todas las ventanas para evitar a los vecinos situaciones como las que hemos vivido".

La actividad del nuevo edificio quirúrgico del Hospital General arrancó a comienzos del mes de diciembre y ha ido aumentando de forma paulatina, con la apertura de nuevas áreas médicas.

El complejo cuenta con 21 modernas salas para la práctica de intervenciones. El proyecto ha requerido 26 millones de euros en obras y equipamientos.