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ISABEL DOMINGO
Sábado, 21 de febrero 2015, 00:12
La circunvalación exterior de Valencia sale de los cajones seis años después de presentarse un proyecto que, al poco tiempo, quedó paralizado por la crisis económica y los recortes presupuestarios en las administraciones.
Era abril de 2009 cuando el entonces delegado del Gobierno, Ricardo Peralta, presentaba un conjunto de actuaciones que sustituían y suponían la defunción del segundo by-pass del área metropolitana, que había dado sus primeros pasos en 2005 y se había descartado por la presión vecinal.
Una década después el proyecto se ha reactivado con la aprobación de la declaración de impacto ambiental que el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó ayer. Se trata del último paso antes de que el Ministerio de Fomento apruebe definitivamente el proyecto y saque a licitación las obras, planteadas para diversificar los tráficos de largo recorrido y los urbanos de agitación.
¿El motivo? Solucionar «los problemas de capacidad» y el «intenso tráfico de agitación con elevadas puntas de tráficos, especialmente durante el periodo estival» que sufren el by-pass y la AP-7, N-332 y N-340, según recoge el informe emitido por el Ministerio de Medio Ambiente.
La actuación transcurre a lo largo de 57 kilómetros y contempla la ejecución de dos tramos de una nueva autovía exterior a la actual AP-7 (uno al norte y otro al sur) y otro tramo de conexión entre la A-3 a la altura de Chiva con el by-pass, en concreto con el trazado central (Gombalda-A-3) que no figura en esta propuesta al tramitarse de forma independiente. De hecho, está en la fase de alegaciones.
En el caso de la conexión con la A-3, sí que habrá una modificación respecto al proyecto inicialmente presentado, ya que se ha descartado el peaje. En su momento, ya suscitó polémica al ser una iniciativa similar a la que quería impulsar el Consell para el trayecto Valencia-Utiel. Algo similar ha sucedido con la propuesta de trazado de la circunvalación exterior, pues ha recibido 174 informes y alegaciones particulares, de las que nueve eran de administraciones públicas, 20 de ayuntamientos y 145 de particulares o entidades interesadas.
En total, serán 19 los municipios afectados por estas nuevas infraestructuras que tendrán dos carriles por calzada, se podrá circular a una velocidad de 120 km/h y, en su momento, se presupuestó en unos 600 millones.
Así, el primer tramo (norte) transcurre por Faura, Quartell, Sagunto, Puçol, El Puig y Rafelbunyol y tendrá enlaces con la AP-7, CV-10, A-23, V-21 y CV-300. Mientras, el segundo (sur) afectará a Quart de Poblet, Chiva, Aldaia, Torrent, Picassent, Benifaió, Alginet, Almussafes y Sollana, con enlaces a la A-7, CV-415, CV-520, CV-42 y A-38. La conexión de la A-3 discurrirá por Chiva, Cheste, Loriguilla y Ribarroja del Turia y se han excluido las mejoras de curvas entre Buñol y Chiva.
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