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Dime de qué barrio eres y te diré cómo eres

Determinadas zonas de Valencia marcan los rasgos de sus habitantes

Jose Forés Romero

Lunes, 8 de junio 2015, 18:37

A grandes rasgos y sin resultados científicos, hay determinados barrios de Valencia que con su idiosincrasia dibujan las características y perfiles de sus habitantes. Como en Ruzafa que pertenece al distrito del Ensanche y cuyo epicentro, como el de otras muchas zonas de la ciudad, es su mercado, uno de los más prestigiosos, de cuantos hay de abastos en la urbe. Desde esa referencia se desarrolla esta zona que ha dado un giro humano, comercial e inmobiliario, en los últimos cinco años, sin precedentes en toda la ciudad. Y eso ha marcado su carácter. Según los encuestados, moradores y trabajadores en este histórico enclave, son vivos, modernos, diversos y divertidos.

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Aún guarda, además, un marcado carácter multicultural. De hecho fue uno de los bastiones de la inmigración en Valencia, aunque en este sentido, ahora, se han asentado aquí, familias y parejas jóvenes que lo han convertido con la ayuda de la opinión publicada en el barrio de moda.

Dentro del Ensanche se vislumbra otro tipo de barrio, el Pla del Remei. Su icono es otro mercado, pero este no funciona como de abastecimiento sino como puntal arquitectónico y que busca su identidad hostelera. Prima más aquí del centro la parte comercial y financiera, y por eso es zona caliente por el día y de reposada actividad por la noche. Según apuntan aquí son tranquilos, solidarios y normales. Es un barrio guardado en el imaginario colectivo bajo el paraguas de la nobleza y la burguesía pero trabajador en su mayoría, dicen sus ocupantes.

Más al norte de la ciudad, en Rascanya, se ubica Orriols. El barrio de los inmigrantes y obrero por antonomasia. Que ahora se distingue por dos zonas, La nueva, con el estadio del Levante, el centro comercial y las edificaciones, levantadas en la década de los 90, como elementos reconocibles y la vieja parte. Ésta con la ermita como estandarte y que vive momentos complicados, alto grado de paro y episodios de delincuencia, que se refleja en el perfil de los habitantes de este poblado entramado urbanístico.

Al este de Rascanya aparece Benimaclet. Un pueblo que se anexionó a la ciudad y que en su perfil sociológico pervive con este carácter. Una plaza subyace como ejemplo de esa familiaridad y se conserva en medio del antiguo núcleo que ha visto como ha crecido, a su alrededor, las nuevas construcciones y con el tranvía recuperado, que atraviesa el barrio de punta a punta.

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Y lo hace hasta llegar al mar, allí donde nació el barrio de los pescadores, el del Cabanyal. Que hoy sigue marcado por el debate sobre abrir una vía o no al mar y sobre su forma de rehabilitarse para recuperar su antiguo esplendor que se vislumbra en las edificaciones y en sus habitantes. Alma de pescadores, restauradores y comerciantes tradicionales que pelean por conservar ese espíritu.

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