p. moreno
Viernes, 21 de agosto 2015, 18:18
«Yo soy una víctima más», dice uno de los integrantes de la plataforma vecinal que se está gestando en Ruzafa alrededor de un problema: los ruidos nocturnos derivados de la saturación de bares. Todo partió de una red social y de la acumulación de casos de residentes, que se lamentan de la deriva por la que va este barrio desde hace años. Ahora han decidido dar el salto y formar una asociación para tener voz propia en el Ayuntamiento.
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Los casos son innumerables, aunque destacan aquellos donde los vecinos han puesto sus pisos en venta, hartos de aguantar los ruidos de las terrazas de los bares, los escándalos y hasta las amenazas. Según el último recuento realizado por el Consistorio, en Ruzafa hay 303 negocios de hostelería, mientras que en el resto del Ensanche se contabilizaron 242 locales.
Esta cifra ya ha sido superada, indicaron otras fuentes, debido a que «han abierto bares después de aprobada la moratoria. Pensábamos que era una tomadura de pelo, pero si pidieron la licencia de obras antes pueden abrir y es lo que hacen».
A finales del pasado año, el Consistorio aprobó un mínimo de 65 metros para la apertura de un bar o restaurante respecto a otro ya abierto, una distancia que se eleva hasta los 130 metros cuando se trata de un pub o una discoteca. Esto dejó, según indicaron los propios técnicos municipales, todas las calles saturadas salvo alguna excepción.
Pero la medida impuesta hace nueve meses no ha servido de mucho, comentan los vecinos que se agruparán alrededor de la nueva plataforma. Tampoco el marcado de las terrazas, una deriva de la ordenanza de dominio público, dado que «no hay casi ninguna con las marcas».
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De la página Ruzafa Vivir sin Dormir que funciona en una red social han salido muchas conclusiones, comentan. Una es que «los problemas se agudizan alrededor de las discotecas. Como los vigilantes piden a los chavales que no estén junto a la puerta, entonces se van a otra zona cercana para hacer botellón».
La Gran Vía Germanías, la calle Tomassos y la calle Cuba son algunos de estos lugares, aseguran. Mención aparte son las calles peatonales, donde las terrazas de los bares dominan el paisaje. La presidenta de la Federación de Vecinos, María José Broseta, arrancó el compromiso la semana pasada a la Policía Local de revisar las licencias de todos los establecimientos, más allá de las autorizaciones anuales para poner mesas y sillas en las calles.
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Por último, la asociación a punto de nacer considera que «la limpieza deja también mucho que desear. Pese a los esfuerzos de la contrata municipal, algunas mañanas las calles están sucias. Incluso hemos encontrado restos de drogas en los portales de los patios, un problema añadido que se produce en Ruzafa por la excesiva saturación de locales de hostelería estos años».
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