La Cremà en el desierto de Nevada

Si hay un festival insólito en el panorama internacional, ese es, sin duda, el Burning Man. Y es diferente porque, entre otras razones, se celebra en el desierto de Nevada en Estados Unidos, en la ciudad de Black Rock, que en realidad es una población temporal que se construye y desaparece en la semana que dura el evento.

El nombre viene de una especie de ritual purificador en el que se quema una gigantesca escultura de madera con forma de hombre durante una de las noches. Se trata de una celebración con fuegos artificiales, lo que provoca, lógicamente, una rápida asociación con el mundo de las Fallas. Y en la recientemente finalizada edición, ese parentesco lejano ha adquirido más sentido que nunca. Puesto que dos personas vinculadas a la fiesta, el arquitecto Miguel Arraiz y el artista fallero David Moreno, creadores del monumento de Nou Campanar en las pasadas fallas, han acudido invitados por la organización. «Hace cinco semanas un valenciano que vive en San Francisco y que conoce a los de la organización nos llamó para ver cómo podríamos vincular las dos celebraciones y en un típico 'pensat i fet', allá que nos fuimos», explica Arraiz.

El festival está organizado por una compañía que funciona bajo la supervisión de uno de sus fundadores, Larry Harvey y allí se puede topar uno con gente como el ex futbolista Ronaldo o la cantante Kathy Perry, quienes asistieron este año, o con grandes nombres de Silicon Valley. «Nos encontramos a Mark Zuckerberg, creador de Facebook, y todo aquel qué es alguien en ese mundillo, está allí», cuenta el arquitecto.

La dinámica del acto es muy llamativa en todos los sentidos.«Es difícil de explicar, podemos pasar desde un sitio que hacen masajes o te regalan café a una carpa de las orgías, aunque lo fundamental es el arte, con todo las obras que se instalan, allí tratan a los artistas como se merecen, espectacular», cuenta David, que como Arraiz explica que allí no se funciona con dinero sino con intercambios, para comer o beber. No obstante sí que se paga entrada que ronda los 500 dólares. Los responsables invitaron a los valencianos que, eso sí, pagaron de su bolsillo el viaje, y aunque el desembolso fuese alto, la experiencia por la que han pasado, compensa cualquier inversión realizada. Una inversión que también contó con el patrocinio de Juan Armiñana, ex presidente de Nou Campanar.

Porque todo lo que allí vivieron fue sorprendente.«Crean una ciudad de la nada, en forma de C, donde hay 70 mil personas y ninguna papelera, pero está todo limpio, no hay basura, todo el mundo se la lleva y cuando se acaba el Festival, hasta con el rastrillo se limpia el desierto», explica Miguel.

Por su parte lo que más impresionó a Moreno fue la quema del llamado Templo.«Es una sitio de homenaje a los muertos, todo el mundo deja su dedicatoria y pudimos ayudar a quemarlo, que a diferencia del Man, donde todo el mundo grita y cambia, aquí se quema en silencio».

Arraiz y Moreno no solo disfrutaron del Burning, sino que también, como era la idea primigenia de la aventura, ejercieron de embajadores de las Fallas. Así lo hicieron.« Se quedaron alucinados de lo que hacíamos, de cómo eran los monumentos, y estaban encantados de cómo trabajamos, pero allí no conocían la fiesta. De hecho hasta gente que había estado en España no tenía conocimiento alguno. Solo uno había visitado Valencia para ver las famosas fallas, aunque nos dio una respuesta que suele darse entre los visitantes. Que era una fiesta muy cerrada», explican los artistas.

Sin duda, resultaba sintomático que entre gente de tanto nivel nadie supiera de qué iban las Fallas, a pesar del conocimiento que tenían muchos de la vida en España. Algo por lo que debería reflexionar en Junta Central Fallera, que transmitió su apoyo al viaje pero que no tenía previsto recibir a los embajadores, al menos, al cierre de este reportaje.

En cualquier caso, este viaje a esa especie de Woodstock fallero de élite ha situado a Miguel y a David entre los candidatos a poder repetir presencia en 2016 en una experiencia para muchos inalcanzable.