«Mi mayor recompensa fue evitar que escapara el agresor»

El subinspector de la Policía Nacional Alfredo Costas Martínez recibió ayer la Cruz al Mérito Policial, con distintivo rojo, por una meritoria actuación que protagonizó cuando se encontraba fuera de servicio el pasado 12 de octubre en Valencia. Alfredo Costas detuvo a un joven experto en artes marciales poco después de que intentara estrangular a un chico de 18 años durante un robo en una vivienda. El subinspector de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) tuvo que disparar al aire varias veces ante la fuerte resistencia que ofreció el individuo, que intentó arrebatarle la pistola y le causó lesiones.

El comisario principal Juan Jesús Peñalver, jefe de la Unidad de Coordinación Operativa Territorial (UCOT), le impuso la condecoración durante un acto celebrado en el complejo policial de Zapadores en Valencia, donde otros 60 policías recibieron diplomas tras su jubilación. Alfredo Costas restó importancia a su meritorio servicio en un alarde de humildad, pero fue felicitado por sus compañeros y mandos de la Jefatura de Policía de Valencia después de que el Ministerio del Interior le concediera la importante condecoración. «Mi mayor recompensa fue evitar que escapara el agresor», manifestó el subinspector, que estuvo acompañado en el acto por su mujer, policía nacional también destinada en la Brigada Provincial de Policía Científica de Valencia.

Los hechos ocurrieron sobre las 14 horas del 12 de octubre de 2015 en la avenida de Alfahuir en Valencia, cuando un hombre irrumpió en una vivienda tras empujar con un carro de supermercado a uno de los moradores. El individuo llamó al timbre para que le abrieran la puerta e intentó estrangular a un joven de 18 años que se encontraba en la casa. La hermana de la víctima, que también estaba en la vivienda, comenzó a gritar y el agresor salió huyendo.

El subinspector, que estaba fuera de servicio, observó cómo corría el hombre y era perseguido por varias personas y el conserje de una finca de la avenida de Alfahuir. Costas llamó con su móvil a la sala del 091, sin poder contactar al no tener cobertura, a la vez que iba tras el presunto delincuente. Una vez le dio alcance, y tras identificarse como policía, el individuo comenzó a propinarle patadas, puñetazos y barridos (una técnica de artes marciales para derribar al contrincante), y le causó lesiones en el pómulo y pierna derecha.

Durante el forcejo en el suelo, el violento joven intentó quitarle el arma reglamentaria, momento en el que el subinspector consiguió levantarse y realizó varios disparos al aire para terminar con la agresividad y violencia del agresor. Varias patrullas de la Policía Nacional acudieron con urgencia al lugar y observaron cómo dos hombres se encontraban en el suelo, enzarzados en una violenta pelea, por lo que ayudaron a su compañero a detener al joven. En el traslado a dependencias policiales, el arrestado causó diversos daños y arrancó completamente la ventanilla de la puerta trasera derecha del vehículo policial.

El subinspector agredido tuvo que ser trasladado a la Clínica Quirón para ser asistido de las lesiones, ya que presentaba una fisura en el pie derecho, así como múltiples contusiones en la mano y en el pómulo derecho. El individuo fue detenido por los delitos de allanamiento de morada, robo con violencia en grado de tentativa y atentado a un agente de la autoridad. Con esta brillante actuación, Alfredo Costas engrandece su hoja de servicios, pues ya le concedieron la Cruz al Mérito Policial con distintivo blanco hace varios años. A pesar de las lesiones que sufrió el pasado 12 de octubre, el subinspector afirma que volvería a repetir su actuación, sin dudarlo, para ayudar a un ciudadano. «Cuando tienes que intervenir en un servicio urgente piensas más en la víctima que en el peligro que corres», añade Alfredo Costas.