El colegio Loreto de Valencia cambia de manos tras 160 años de historia

El colegio concertado Nuestra Señora de Loreto dejará de estar gestionado por la congregación de la Sagrada Familia de Burdeos a partir de septiembre. El cambio en la titularidad implica un punto y seguido en la historia de uno de los centros más demandados de Valencia, donde arribó hace 166 años.

A partir del próximo curso se hará cargo la Fundación Educativa Santo Domingo, que agrupa actualmente a una quincena de escuelas (una de Sagunto) y que nace en el seno de la familia dominicana, que por ejemplo ya cuenta con el San Vicente Ferrer Dominicos de Isabel la Católica, si bien esta titularidad es independiente de la fundación aunque compartan ideario religioso.

Tal y como informó ayer la orden que lo gestiona en la actualidad, el cambio forma parte de un acuerdo que incluye a los seis centros españoles de la Sagrada Familia, que se sitúan en Aranjuez, Getafe, Madrid, Pinto y Valencia. Con el traspaso, la fundación pasará a gestionar directamente 21 colegios que atienden a 15.000 alumnos -1.200 del Loreto- y dan trabajo a 1.400 profesionales, tanto docentes como personal de administración y servicios.

El comunicado remitido ayer no se refería al motivo del cambio, que sí trascendió en la reunión que se convocó el lunes para informar a los padres. Y es que la falta de vocaciones y la elevada edad de las religiosas de la Sagrada Familia les impide hacerse cargo de la gestión del servicio educativo de la orden. Según señalaron fuentes presenciales, se les dijo que la edad media de las monjas españolas supera los 80 años.

En el encuentro, en el que participaron representantes de la congregación y de la fundación, se les explicó que con la cesión de la gestión se mantendrá el ideario religioso -«coincidente en un 99,9%» tal y como se les trasladó- y que durante el primero curso no se aplicarán cambios. Por ejemplo, se garantizó la permanencia del equipo docente y directivo y se explicó que entre las líneas de actuación de los nuevos gestores destacará el impulso en la formación en idiomas y la apuesta por las nuevas tecnologías.

Los representantes de las familias también se interesaron por aspectos concretos como la continuidad del uniforme o las cuotas voluntarias. Además, trasladaron cierta preocupación por el cambio de rumbo e incluso preguntaron si no habría sido posible mantener la titularidad con religiosas de la congregación de otros países. También se les informó de que el cambio afecta a la gestión pero no al patrimonio, que seguirá en manos de la Sagrada Familia. Por ejemplo, el edificio actual está catalogado como Bien de Relevancia Local.

Estos traspasos de la titularidad de centros de ideario religioso en favor de fundaciones católicas es más o menos habitual cuando las congregaciones que los gestionan atraviesan dificultades para prestar el servicio. Es una manera de mantener el proyecto educativo y evitar que acaben en manos privadas o se conviertan en cooperativas laicas.

La Sagrada Familia llegó a Valencia en 1850 de la mano de la madre Bonnat, referente de la orden, que asumió la creación del centro. Su primera ubicación fue en Arzobispo Mayoral, y tras varias sedes en 1945 se instaló definitivamente en la actual, sita en la calle Salamanca.