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Primeros riegos de urgencia para salvar la vida al árbol monumental en Serra. :: lp

Cirugía botánica para salvar un árbol centenario

Medio Ambiente activa riegos de urgencia y un tratamiento con insecticidas para evitar que el Pi de la Bassa muera por la sequía

J. A. MARRAHÍ

Martes, 19 de abril 2016, 21:42

El Pi de la Bassa, querido y admirado por vecinos de Camp de Turia, senderistas y amantes de la naturaleza, se está muriendo. A sus 185 años, es un anciano débil y sediento al que la sequía ha llenado sus entrañas de larvas de escarabajos. Es el lesivo tomicus, que ya ha arrasado cientos de miles de pinos de los montes valencianos. La conselleria de Medio Ambiente inició ayer una intervención de urgencia para intentar salvar al emblemático pino carrasco, integrado en el catálogo de árboles monumentales.

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El viejo Goliat de nuestros montes mide casi 20 metros y se alza, majestuoso, en Portaceli, en el término de Serra. Pero su pinocha lleva meses amarilleando. La sequía que azota a la Comunitat ha debilitado su mejor defensa natural, la resina, lo que aprovecha el tomicus para anidar y alimentarse en su tronco. Según fuentes de la conselleria, «ya en 2014 fue sometido a dos tratamientos químicos para evitar el ataque de este insecto y el año pasado le colocaron repelentes».

Un gigante perforado

Pero parece que el insecto está ganando la batalla. Su tronco apareció hace pocas semanas perforado por multitud de orificios: los túneles que cava el escarabajo para anidar en su interior. El secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, se comprometió ayer a hacer «todo lo posible por salvar el Pi de la Bassa». No obstante, los expertos han comprobado que el árbol está llegando al final de su ciclo vital, que ronda los 200 años.

Tierra

  • PASO A PASO

  • Descompactar la tierra seca junto al tronco para facilitar la absorción de riegos o lluvia.

  • Riego con cubas y brigadas de emergencia para fortalecer las defensas naturales del árbol.

  • A través de cánulas, se inyectará insecticida en las perforaciones del tomicus en el tronco. El propósito es acabar con las larvas, que funcionan como un cáncer para el árbol monumental.

Los técnicos de árboles monumentales han diseñado un plan que pasa, en primer lugar, por proporcionar al pino lo que el clima valenciano le niega: agua. Los operarios comenzaron ayer a descompactar la tierra alrededor del tronco para iniciar riegos de urgencia. En estas tareas participa una brigada de emergencia con dos cubas de 4.400 litros de agua. Se prevén dos o tres riegos semanales.

Tras paliar la sed del Pi de la Bassa, especialistas botánicos decidirán, al cabo de unos días, si hay esperanza para la segunda parte del tratamiento. Consistirá en introducir insecticida con cánulas en las perforaciones del tomicus para intentar eliminar larvas y que las nuevas generaciones de escarabajos no causen todavía más daño en su interior. Al cabo de un mes después de esta intervención, los técnicos autonómicos ya podrán evaluar si la savia del árbol absorbe la 'medicina' contra el escarabajo y por tanto hay esperanza de que sane.

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Paralelamente a la intervención de urgencia con el Pi de la Bassa, la Conselleria de Medio Ambiente va a realizar nuevos informes para saber si existen más ejemplares del catálogo valenciano de árboles monumentales afectados por la plaga. También prevé disponer, en breve, de nuevos datos sobre su avance en otros ejemplares comunes de los montes de la Comunitat.

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