Los empresarios arremeten contra Fomento por asfixiar el tren Valencia-Zaragoza

«Es un asunto capital». La reflexión que realizó hace unos meses a LAS PROVINCIAS el presidente de la Autoridad Portuaria de Valencia, Aurelio Martínez, con motivo de la manifestación convocada en Teruel para reclamar mejoras en el tren Valencia-Zaragoza es, quizás, la que mejor define la importancia que tiene para el empresariado de estas dos comunidades esta conexión ferroviaria.

Una línea que conecta los puertos de los corredores cantábrico y mediterráneo y el 'hinterland' de Plaza y Platea, las plataformas logísticas de Zaragoza. Una cuota de mercado que la Comunitat Valenciana no puede perder, como remarca el empresariado valenciano, que no entiende por qué el Ministerio de Fomento tiene dinero para inversiones en otras líneas ferroviarias -sobre todo vinculadas a la alta velocidad- y no para la de Sagunto-Zaragoza a pesar de que sólo serían necesarios unos 40 millones para una primera modernización que permitiese acabar con las limitaciones de carga y velocidad que sufre. En el último caso, por ejemplo, existen 18 restricciones, algunas de 20 kilómetros por hora.

Unas deficiencias que han provocado este mes varias incidencias que han afectado tanto el tráfico de pasajeros como al de mercancías, lo que ha llevado a los empresarios y a la Conselleria de Obras Públicas a poner el grito en el cielo ante la asfixia del tren a Zaragoza. A pesar de las promesas del ministerio sobre la intervención en esta infraestructura, lo cierto es que, hasta el momento, no se ha movido (casi) nada.

Sin obras del tren-tierra

El departamento de Ana Pastor sólo ha licitado los trabajos del implantación del sistema de comunicación tren-tierra, que permitirá que los trenes pueden circular por la noche y con único maquinista (ahora no se puede), ya que el puesto de mando sí que podrá controlar el tráfico ferroviario.

Su ejecución estaba pendiente desde 2007 pero no se licitó hasta noviembre del año pasado, tras el incremento de las protestas conjuntas de los gobiernos, empresarios y sociedad civil de Valencia y Aragón. Adjudicado en enero por 4,4 millones, las obras entre Teruel-Caminreal y Caminreal-Bifurcación Teruel (un tramo de 182 kilómetros) aún no han comenzado.

También se anunció una inversión de casi 80 millones en los próximos cinco años a través del llamado Fondo financiero de accesibilidad terrestre portuaria, es decir, las aportaciones de los distintos puertos, entre ellos el de Valencia. Sin embargo, tampoco se ha iniciado ninguna actuación.

De ahí la contundencia del portavoz de la Plataforma por la Defensa del Ferrocarril, Pablo Justo, cuando asegura que el ministerio «no tiene ningún interés en esta línea y la está desmantelando poco a poco». O la del director-gerente de la Cámara de Contratistas de la Comunitat Valenciana, Manuel Miñés, que califica de «tercermundista» el estado en que se encuentra la conexión ferroviaria.

Para el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvador Navarro, la demora de los compromisos de Fomento «atenta directamente a la competitividad de la economía valenciana. La Comunitat se juega con esto un buen posicionamiento como punto de conexión marítimo-terrestre del import-export que se genera en la plataforma logística de Zaragoza». Y recuerda que tanto el puerto de Valencia como el de Barcelona están posicionados para esa cuota de mercado, por lo que Valencia «no puede permitirse perder cuota en este mercado y lo hará si no se actúa con celeridad».

También los alcaldes de Valencia y Zaragoza, Joan Ribó y Pedro Santisteve, se pronunciaron el viernes pasado sobre el tema tras criticar el abandono de las inversiones en la línea. Así, anunciaron un frente común han unido fuerzas este viernes para «encabezar la reclamación» de mejoras al considerar que «es una conexión fundamental» para ambas ciudades.

Falta de información

Por su parte, el secretario autonómico de Obras Públicas, Josep Vicent Boira, calificó de «inaceptable» el «desprecio» de Fomento hacia la línea Teruel-Sagunto. «Se acumulan los incidentes tanto del tráfico de pasajeros como de mercancías sin que el ministerio dé soluciones ni explicaciones a los problemas reales que sufren los ciudadanos y los empresarios», criticó.

Boira hacía referencia a los últimos problemas en esta infraestructura, como el relacionado con las limitaciones de carga (20 toneladas por eje frente a las 22,5 en otras líneas) que obligó a una transportista a dejar cuatro vagones en Teruel debido al exceso de carga. Hace unos meses, un tren que llevaba vehículos al puerto de Valencia patinó en Puerto Escandón y tuvo que hacer marcha atrás hacia la estación de origen.

Otro incidencia ha sido la falta de maquinistas por no sustituir el personal que se jubila o que tiene bajas de larga duración, que provocó que los pasajeros en el trayecto Valencia-Teruel tuvieran que hacer el recorrido en autobús.