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LOLA SORIANO/ FOTOS: JUANJO MONZÓ
Martes, 3 de mayo 2016, 21:27
El Ayuntamiento de Valencia cambió hace diez meses de rumbo. Ha pasado casi un año de las elecciones municipales, pero la llegada del tripartito y de Joan Ribó a la alcaldía no han cambiado la situación agónica del Cabanyal. En los despachos del Consistorio se buscan ayudas europeas, se piensan fórmulas para sacar a la venta viviendas en la zona más degradada del barrio y se realizan programas de participación ciudadana para consultar el futuro del barrio, pero actualmente siguen sin aplicarse medidas directas, más allá de la intensificación de la limpieza.
Los partidos que hoy están al frente del Ayuntamiento mostraron en múltiples ocasiones su apoyo a Salvem el Cabanyal. No faltaron a concentraciones para evitar los derribos de viviendas, donde estuvo también la ahora vicepresidenta del Consell ,Mónica Oltra. El alcalde está cerca de cumplir un año al frente del Consistorio y todavía no ha dado respuesta efectiva a la promesa electoral del Cabanyal.
Los vecinos están cansados de la inacción e incluso colectivos como Salvem el Cabanyal, que veían en el nuevo gobierno una puerta del cambio, empiezan a mostrar su desesperación. Como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras. Por eso, en la página web oficial de este colectivo se pueden ver varios mensajes de redes sociales en los que exigen que se actúe ya. Hay un vídeo con un montaje de John Travolta en la calle Escalante, donde el artista mira a su alrededor, en un escenario rodeado de solares y casas en mal estado, preguntándose dónde está la rehabilitación del Cabanyal. En otro mensaje afirman de forma rotunda que «el tiempo pasa rápidamente y necesitamos ver realidades».
La presidenta de Salvem el Cabanyal, Maribel Doménech, no duda en afirmar que la «situación es de impaciencia». Afirma que «queremos que pase ya algo porque la situación es insufrible». Opina que el actual Ayuntamiento no es el responsable de la degradación heredada, «pero este gobierno prometió actuar. Sabemos que están esperando ayudas europeas para rehabilitar, pero ya les dijimos que mientras llegan, hay muchas medidas que se podrían poner en marcha ya».
Doménech indica que Urbanismo ha anunciado que en verano urbanizarán calles y repavimentarán, «pero hay otras actuaciones sociales y de equipamientos pendientes». Entre ellas, la necesidad de un retén de Policía Local en la zona más degradada. Aunque hay una unidad de distrito en Doctor Lluch, junto a la Marina Real, explica que «se necesita poner un retén móvil en la zona cero». La portavoz del colectivo asegura que las calles sí se limpian: «Primero hubo un plan de choque más intenso, pero si no hay agentes que recuerden a los que ensucian que hay que cumplir unas ordenanzas, el problema seguirá».
Desde Salvem el Cabanyal indica que son conscientes de que el Ayuntamiento «no tiene una varita mágica, porque los anteriores dejaron el barrio devastado, pero necesitamos ver el principio de la intervención. Los vecinos necesitamos soluciones».
Igualmente exigen que el Ayuntamiento acondicione uno de los edificios que tienen en propiedad en la zona para que haya Servicios Sociales. «Hasta ahora lo que se ha hecho es desplazar a técnicos de la Malvarrosa a la biblioteca de la calle de la Reina, pero se necesita que estén en un edificio más visible. No se puede reducir el equipo de Malvarrosa, se necesita aquí uno específico porque hay muchas cosas por hacer». De igual modo, reclama que se eliminen los focos de droga «que todo el mundo sabe dónde están».
La portavoz de Salvem confía en que lleguen los fondos europeos y explica que «hay muchos motivos por lo que confiar en que Europa sea sensible a la rehabilitación de un conjunto histórico como el Cabanyal». Pero a la pregunta de qué pasará si no llegan, dice que «Ribó se comprometió a pagar la parte del Ayuntamiento en dos años».
La plataforma Sí volem, colectivo vecinal que apoyaba la apertura de la avenida de Blasco Ibáñez, es más tajante y afirman que están «defraudados porque ni han hecho ni han dejado hacer. No vemos la salida». La portavoz, Amparo Moliner, indica que «mucha gente por la calle me dice que dónde están ahora Compromís y Ribó. Hay muchas reuniones, pero no han aplicado ninguna medida, salvo la limpieza».
Moliner no entiende cómo hay viviendas públicas y privadas alquiladas «sin condiciones de habitabilidad» y añade que hay que exigir a los habitantes «que cumplan las normas de convivencia, tanto de ruido, higiene como escolarización».
Añade que es necesario repartir «las bolsas de pobreza en la ciudad, que no lo traigan todo aquí, ni que se deje llenar esto de locales de ocio». En Sí volem indican que «si el propio Ayuntamiento no empieza ya a dar ejemplo rehabilitando sus casas, quién va a invertir». Y opina que se están «equivocando esperando a que lleguen ayudas europeas. Tienen que empezar a actuar ellos e incentivar la iniciativa privada».
Los comerciantes tienen mucho que decir. Desde la asociación Acipmar reconocen que han tenido más comunicación y reuniones con el nuevo gobierno, «pero falta pasar a la acción. Sabemos que han estado proyectando ideas, pero la gente no puede esperar más. Necesitamos ver cosas». El presidente de este colectivo, Paco Ortega, explica que lo más urgente «es devolver la normalidad al barrio. Que hagan cumplir las normas de limpieza y que se sepa vender el gran potencial y cultura del barrio». Añade que el Ayuntamiento está haciendo un gran esfuerzo «con el proyecto participativo. Se han marcado las líneas, pero hay actuaciones directas que deberían de haber comenzado ya, como realizar políticas sociales».
También reconoce que «vemos una Valencia con dos velocidades. En el centro, el Ensanche o el Mercado Central actúan de inmediato y en el Cabanyal llevan un año pensando qué hacer». El representante de los comerciantes propone exenciones para los comercios y ayudas a la rehabilitación de locales.
Desde el corazón del barrio, en el mercado del Cabanyal, los vendedores explican que «no vemos color a nada». El presidente, Juan Faus, dice que «los vendedores están tristes y desilusionados». Son conscientes de que en el Ayuntamiento están diseñando proyectos, «pero los hechos se traducen en que los papeles cuestan de mover». «Espero que no nos engañen, porque dicen que es cuestión de papeles y echan la culpa a la oposición de paralizar temas», reflexiona. Y añade que «no hay que esperar a solucionarlo con subvenciones. Tiene que entrar el sector privado».
En otra entidad como la Marina Auxiliante, propietaria de la antigua Lonja, la Casa dels Bous o la fábrica del hielo, afirma que «la gente está impaciente y cansada. Está pasando el tiempo y queremos saber qué va a pasar. No hemos visto nada positivo. Lo único que hemos notado es la limpieza», indica Melchor Gallart.
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