¿Cuánta agua es una 'mola', una 'fila' y una 'ploma'?

Una de las más llamativas intervenciones del profesor Azofra en Valencia fue en respuesta a una súplica del gobernador civil, que en 1843, harto de las tensiones, pleitos y trifulcas que había entre regantes y acequieros del Tribunal de las Aguas, quiso que Azofra ayudara a definir bien las medidas de agua que se estaban usando en la acequias valencianas. «¿Cuánta agua es una mola?», le dijo el gobernador.

En su libro 'Valencia antigua y moderna', editado en 1876, antes de la definición del litro y el metro cúbico, el marqués de Cruilles explicó que, «a pesar de su importancia, el caudal de agua para el riego carece de medida legal. Está confiado a la práctica y costumbre. Las medidas más conocidas y generales son: muela, fila y pluma». Los trabajos de Azofra, ayudado por varios expertos del Tribunal de las Aguas y la sabiduría del 'Negret', el mejor medidor de agua 'a ojo' que había en toda la Huerta, comenzaron sobre la base de que una mola equivalía a tres filas y una pluma era 1/144 de la mola.

Se construyó una conducción adecuada que «asigna diez filas de agua por cada palmo y medio dedo de profundidad, y diez palmos y dos dedos de latitud, al parecer, a la misma velocidad». Ni siquiera Cruilles, con su mejor buena voluntad, supo dejarnos escrito un resultado clarificador, que en todo caso se puede encontrar en un informe impreso que se guarda en los archivos de la Sociedad de Amigos del País. Cruilles dice: «En una experiencia para determinar el agua de una muela resultó equivaler esta a doce pies cúbicos castellanos por cada segundo de tiempo», con la aclaración de que «cada pie cúbico equivale a 47 libras de agua y la fila de esta equivale a la cantidad de 4 pies cúbicos castellanos de agua por cada segundo de tiempo». Así las cosas, una pluma de agua, serían «48 pulgadas cúbicas de agua por cada segundo de tiempo». Azofra, en su informe, dice que desde Alfonso X el Sabio, España llevaba siglos esperando la unificación de los sistemas de medidas. Por fortuna, un buen día llegó el bendito Sistema Métrico Decimal.