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LOLA SORIANO
Jueves, 9 de junio 2016, 22:16
De color vainilla u ocre claro y con el dibujo de sillares pintados simulando piedras. Así es la esplendorosa fachada que luce ya desde el martes el Colegio del Arte Mayor de la Seda que ha recuperado su fisonomía del siglo XVIII. Después de someterse a dos años de restauración, esta joya del barrio de Velluters se prepara ya para su inauguración como museo de la seda el próximo 17 de junio.
Durante la jornada del martes fueron muchos los curiosos que se quedaron frente a la sede gremial, en la calle Hospital, para ver cómo se iba haciendo la 'descoberta' de la fachada con la retirada de los andamios. La imagen del martes nada tenía que ver con la de la última década, donde el constante deterioro del palacete hacía temer su desaparición.
En la pintura de la fachada se hizo un estudio de los estratos y se llegó a la pintura original del siglo XVIII, ya que fue hace 257 años cuando se hizo la última reforma de este palacete que en realidad data del siglo XV, es decir, del Siglo de Oro valenciano.
Para sorpresa del gremio sedero y la Fundación Hortensia Herrero se ha podido comprobar que en la fachada del momento ya se simularon sillares pintados. Según explica el arquitecto director de la obra, Fernando Aranda, «era habitual del barroco ilustrado reproducir sillares pintándolos». Además, en los laterales y dinteles de los balcones han aparecido unos dibujos que bordean los ventanales. Y también se ha podido comprobar que el relieve de piedra con un 'capelo cardenalicio' que está sobre el portalón de acceso tenía originalmente color. En concreto, el sombrero era rojo y las borlas de seda eran verdes.
Pero estas no son las únicas novedades que prepara el Colegio del Arte Mayor de la Seda para su reapertura. En el lateral del edificio se ha recuperado un arco gótico y se ha diseñado una puerta de hierro que incluye el motivo distintivo del gremio, un león rampante que se repite en toda la puertas y también en los alcorques de los árboles que se han instalado en el oasis del huerto recuperado con esta restauración.
En el patio se ha creado una acequia para incorporar el sonido del agua y se han plantado, con el asesoramiento del paisajista Juan José Galán, naranjos, un limonero, palmeras y una morera, especie que servia para alimentar a los gusanos.
En este espacio, además, se ha incorporado una zona de cafetería, para los futuros visitantes del museo que tendrá vistas a este oasis.
En el interior de este edificio la joya de la corona, sin lugar a dudas, es el suelo cerámico del Salón de la Fama. Aunque parecía una misión imposible, se ha podido devolver el esplendor a esta cerámica que reproduce en el centro de la sala la importancia de la seda valenciana en todo el mundo, representada con una mujer, y en los cuatro laterales los continentes conocidos en el Siglo de Oro Valenciano, es decir, América, Asia, África y Europa.
El equipo de Javier Catalá Restauradors ha devuelto el color a las 2.177 baldosas que componen el conjunto después de completar un proceso que ha supuesto desmontarlo, reintegrar algunas piezas que estaban rotas en quince partes y eliminar las sales de la cerámica. Han tenido que emplear seis meses y medio en realizar estos pasos. Tampoco ha sido fácil el montaje, puesto que las baldosas estaban puestas en diagonal y había que encajar las piezas. Como en un puzzle, se han guiado de unas ortofotos realizadas por el área de Patrimonio y de una restauración cromática virtual que hizo hace unos años el diseñador gráfico Ronan Roselin para el Colegio de la Seda.
En este suelo en concreto se va a instalar un cristal de metacrilato para una mejor preservación y se instalará un segundo en la zona acordonada exterior, que es por donde se permitirá el paso de visitantes.
El mismo proceso de la Fama se ha seguido en el conocido como suelo de les 'pometes', de 1.500 piezas, y el del mocadoret, con piezas blancas y verdes. La restauración de pinturas, maderas, cerámicas y elementos artísticos del edificio ha supuesto la inversión de 70.000 horas para un equipo de quince personas.
También ha sido vital la consolidación arquitectónica de la estructura y de eliminación de barreras, ya que es totalmente accesible.
Horarios del museo
En la parte dedicada a museo y colección bibliográfica se han introducido las máquinas más sofisticadas y robotizadas para mantener la temperatura y humedad en las salas donde se albergarán legajos y libros incunables.
La colección del museo comenzará a entrar al Colegio de la Seda la próxima semana y no faltarán muestras de las ricas sedas para los trajes de valenciana, casullas religiosas, libros, una muestra de la cría de gusanos e incluso se podrán ver telares centenarios que en estos días ha montado cuidadosamente el último velluter, Vicente Enguídanos.
Las visitas guiadas comenzarán el día después de la inauguración, es decir el día 18. La empresa encargada de hacer el recorrido guiado es Turiart, la misma firma que se ha quedado las visitas de la iglesia de San Nicolás -también restaurado por la Fundación Hortensia Herrero-. El museo estará abierto todos los días. Los lunes, domingos y festivos será de 10 a 14 horas y el resto de días de 10 a 19 horas. El precio general será de seis euros; si son residentes en la provincia de Valencia, cuatro euros; y tres euros para parados -si lo acreditan-, niños hasta 16 años, personas mayores, pensionistas o personas con discapacidad.
El jueves el comité Unesco de la ruta de la seda visitará el colegio y el domingo entregarán un premio al gremio.
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