P. M.
Jueves, 9 de junio 2016, 13:01
El concejal del Partido Popular Alfonso Novo alertó el miércoles que el barrio del Cabanyal se encuentra sin «planeamiento vigente y aplicable», por lo que no se podrán conceder licencias de obras dentro del plan de ayudas firmado el día anterior por la consellera de Obras Públicas, María José Salvador, y el alcalde Joan Ribó. La inversión pública prevista durante este año y el próximo alcanza los 12,79 millones.
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Novo señaló que «los técnicos que tengan que redactar proyectos de rehabilitación o los funcionarios que deban informar de los mismos, no tienen planeamiento ni normativa a la que acudir». Una de las primeras medidas del gobierno tripartito fue la derogación del plan aprobado por el PP, que incluía la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez.
El concejal de Desarrollo Urbano, Vicente Sarrià, admitió el vacío actual aunque afirmó que las normas transitorias «se aprobarán en cuestión de una semana o dos». El documento se ha expuesto dos veces al público y está a la espera de su publicación oficial.
El edil del PP puntualizó que «la normativa de patrimonio aplicable, tanto la Ley de Patrimonio Histórico Español, como la Ley de Patrimonio Cultural Valenciano, al encontrarnos con un ámbito protegido, exige para la concesión de ayudas la existencia de una Plan Especial de Protección en vigor que garantice los valores patrimoniales».
Sarrià respondió a esto que todas las licencias de rehabilitación y construcción de nueva planta que se concedan necesitarán de un permiso previo de la Conselleria de Cultura, aunque «estos informes son necesarios con o sin plan», matizó.
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El plan de subvenciones prevé repartir la mayor parte del dinero para rehabilitar 250 viviendas y construir otras 50, así como distintas obras de urbanización promovidas por el Consistorio. En el segundo caso, las ayudas llegarán a 30.000 euros o el 35% del presupuesto de obra, por ejemplo.
El edil del PP comentó que después de un año de gestión en el Ayuntamiento «el balance de actuaciones del tripartito en el Cabanyal-Canyamelar es nefasto, y no sólo porque no ha movido ni una piedra, sino porque lo poco que ha hecho ha sido para empeorar su situación, al dejar a los vecinos en un limbo jurídico con este planeamiento».
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