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Vista general de la Marina, en una imagen reciente.
La Marina de Valencia alcanza el récord de barcos a la espera de privatizar su gestión

La Marina de Valencia alcanza el récord de barcos a la espera de privatizar su gestión

Las pernoctaciones de yates y veleros en los 800 amarres crecen un 9% en los cinco primeros meses de este año

PACO MORENO

Lunes, 13 de junio 2016, 21:43

¿Cómo conseguir más ingresos en la Marina de Valencia? Es una de las preguntas que se intenta encajar en el plan de usos del Consorcio ahora en plena revisión y donde el objetivo es rentabilizar al máximo un espacio privilegiado. Los amarres son una de las líneas de negocio a mejorar, considera el director general de la entidad, Vicent Llorens, que ha encargado un estudio para decidir si sacar a concurso la gestión de las 800 plazas.

A la espera de ese pliego de condiciones que supondría una pequeña revolución en el sector de las empresas náuticas, las cifras de los cinco primeros meses del año no pueden ser mejores. En el número de pernoctaciones en mayo se registró el récord de 16.840 días de ocupación de los amarres, lo que supone un aumento respecto al mismo mes de 2015 de un 16,2%, según informaron fuentes del Consorcio.

La Marina cuenta con 800 amarres repartidos en la zona norte y sur, con esloras que van desde los siete a los 150 metros. Además, en el pantalán de la dársena interior se ofrecen 42 plazas en un espacio más exclusivo y cercano a la ciudad, con acceso junto al edificio del Reloj.

En total, los ingresos del Consorcio rondan los 4,5 millones al año, mientras que los gastos se elevan a siete millones. El desarrollo de las actividades náuticas es una de las bazas con las que cuenta la entidad pública, que también quiere sacar este año un concurso para la construcción y gestión de un varadero industrial. Hasta ahora, la gestión de los amarres se ha hecho de manera directa, una vez que terminó el acuerdo con America's Cup Management, la empresa organizadora de la Copa América de vela. Las mismas fuentes indicaron que sólo en el último fin de semana de mayo llegaron 30 nuevas embarcaciones.

Entre enero y mayo de este año las pernoctaciones han crecido un 9,20 % sobre el primer trimestre de 2015, con cifras positivas en todos los meses del periodo. Más relevante es el dato de que el crecimiento del balance es positivo con un 17% más. Sobre las cifras de ocupación, la Marina norte, donde atracan las embarcaciones de eslora media, de 10 a 20 metros, se encuentra al 90% de ocupación, y se espera que este verano se alcance el 100% , al registraste mayor movimiento de los llamados barcos transeúntes entre junio y agosto. La parte sur está a un 60% y el pantalán central se mueve en la misma cifra. El pantalán central es uno de los lugares que está en cuestión, sobre todo porque la dársena interior tiene una ocupación de barcos muy baja. Salvo la zona citada y algunos amarres para barcos pesqueros y de paseo, el resto del cantil está vacío.

En el anterior mandato surgió la idea de que entrasen pequeños cruceros de pasajeros, aunque el calado no es suficiente y el canal que discurre junto al Veles e Vents es una dificultad añadida. En esta zona, en los cinco primeros meses del año se ha registrado un crecimiento del 10% en pernoctaciones. El grueso de las embarcaciones tienen entre 10 y 20 metros (67%), un 25% son de menos de 10 metros y un 8% de más de 20 metros. Sobre las procedencias, el informe facilitado por el Consorcio habla de un aumento los últimos meses de las extranjeras (ingleses, franceses, belgas y holandeses sobre todo). Alrededor del 50% son de Valencia, un 20% del resto de España y cerca de un 30% de Europa y otros países. El nuevo reparto de las zonas de amarres podría cambiar por completo el aspecto actual de la dársena interior. En el Consorcio lo dicen de una manera muy clara: «La lámina de agua está vacía», es decir, la ciudad tiene un piso de lujo pero vacío de muebles. El traslado de las embarcaciones de menor eslora y la salida de los megayates a una zona más discreta entraría en el futuro concurso. El objetivo del pantalán central fue que los grandes yates, mejor dicho sus propietarios, estuvieran cerca de las antiguas bases de la Copa América. La situación ha cambiado ahora por completo, al igual que lo sucedido durante las carreras de Fórmula 1, donde parte del cantil era alquilado a modo de grada. Olvidados ambos eventos hace años, ahora toca rentabilizar un espacio al que también aspira en parte la Cofradía de Pescadores, sobre todo para las embarcaciones de arrastre que ahora recalan en puertos cercanos por falta de espacio en el de Valencia. La pérdida de esas capturas reduce el negocio.

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