P. MORENO
Sábado, 18 de junio 2016, 21:57
valencia. El alcalde Joan Ribó confirmó a la Cofradía de Pescadores de Valencia en una reciente reunión que no hay fondos para la nueva lonja que debe construirse en la Marina desde el final de la Copa América, hace ya siete años. El presidente de la entidad, Felipe Gimeno, indicó ayer que fue uno de los temas tratados en el encuentro, donde también se fijó un compromiso para adecentar las instalaciones actuales, en la dársena interior.
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La cofradía tenía la sede precisamente donde ahora se levanta el edificio Veles e Vents, reinaugurado esta semana y que acogerá salas de exposiciones, restaurantes y hasta una escuela de hostelería. El compromiso del Consorcio Valencia 2007, institución pública gestora de la dársena, fue financiar un nuevo recinto, aunque once años después no se ha materializado.
Gimeno dijo que sí han logrado la retirada de una valla en una parcela cercana, donde se levantaba la antigua base del equipo chino. Quedará pendiente la reparación de goteras en la lonja prefabricada, así como baches en el entorno. En suma, un lavado de cara hasta que se produzca el traslado.
Este no llegará a corto plazo, reiteró el patrón mayor de la cofradía tras el encuentro con el alcalde, aunque la preocupación más inmediata es conseguir espacio añadido en la dársena para amarres. La entidad cuenta con 21 barcos y confía en duplicar esa capacidad.
Esa negociación se remonta al mandato anterior, dado que «hay demanda de embarcaciones, están viniendo a trabajar el pescado azul». Pero ahora es cuando el asunto cobra más importancia dado que el Consorcio ultima un estudio que determinará la salida a concurso de la concesión de 800 amarres en la Marina, así como la remodelación de todos los espacios.
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La intención de los responsables de la entidad es aprovechar al máximo el espacio de la dársena interior, donde ahora se sitúa un pantalán para los megayates y algunas embarcaciones de recreo, además de los barcos de pesca. En esas modificaciones es donde entra en juego la petición de los pescadores.
El Consorcio manejó en el periodo anterior un proyecto para la lonja que incluía incluso una zona para público, con el propósito de convertir las subastas en parte del atractivo turístico de la dársena. Además, al menos la concesión de un restaurante está ligada a la compra de pescado en el recinto, como se anunció en su día.
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Pero todo esto estará sujeto a conseguir financiación, lo que a día de hoy es inviable por la decisión de las Administraciones socias (Gobierno, Generalitat y Ayuntamiento) de no realizar aportaciones patrimoniales extraordinarias. El nuevo edificio para los pescadores necesita una inversión de un millón de euros.
Pero este equipamiento se suma a una larga lista de obras pendientes, donde las más inmediatas pasan por la apertura de nuevos accesos desde el paseo de Neptuno. Ese fue el compromiso del director general del Consorcio, Vicent Llorens, con los empresarios de la Marina, para responder así a la reivindicación de una mejor conexión entre la dársena y el paseo marítimo.
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La entidad tiene embargados los alquileres de varios equipamientos, mientras que el préstamo más grueso es pagado por el Tesoro, al estar avalado por el Instituto de Crédito Oficial. El Consistorio ha pedido la condonación de la deuda.
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