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Pozo de la Cooperativa San Isidro, ahora paralizado.

Emivasa sigue sin abrir el pozo que lleva agua a Benifaraig, Carpesa y Borbotó

La Cooperativa de San Isidro Labrador acusa a la empresa municipal de usurpar sus derechos y apoderarse de la red de abastecimiento

Juan Sanchis

Miércoles, 22 de junio 2016, 21:05

Las pedanías de Borbotó, Carpesa y Benifaraig han iniciado una lucha que bien puede equiparse a la de David contra Goliath. La Cooperativa de San Isidro, que presta el servicio de agua potable en estas tres localidades desde los años 60, ha decidido plantar cara al Ayuntamiento de Valencia para impedir que a través de Emivasa se quede con el abastecimiento.

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El tercer municipio de España en pugna contra apenas 3.000 habitantes defendiendo sus derechos tradicionales. Pero no están dispuestos a dar su brazo a torcer fácilmente. Y eso que desde el pasado 24 de febrero de 2014 por orden judicial tienen vedado el acceso a las instalaciones en manos de Emivasa que desde ese momento presta el servicio en las tres pedanías.

El presidente de la Cooperativa de San Isidro, José del Toro, indicó que la policía se presentó de madrugada, cuando no podía haber nadie allí para cerrar las instalaciones. Es más, la empresa mixta municipal también utiliza la red de abastecimiento de la cooperativa.

Según explicó Del Toro, empezaron a dar servicio para riego y cultivo en los 60. Más tarde construyeron su propia red de abastecimiento. La cooperativa funcionó sin ningún tipo de problema hasta que la red municipal tuvo capacidad para abastecer estas tres pedanías en los años 80.

Desde entonces el Ayuntamiento lo ha intentado en varias ocasiones apartar a la cooperativa, aunque nunca con los métodos que emplea en estos momentos, según Del Toro.

En 1989 la cooperativa abrió otro pozo y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHA) otorgó una concesión por 75 años. Pero es en estos años cuando se empieza a poner las bases para el problema que estalló en 2014.

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En ese momento se puso en marcha una cooperativa de consumo denominada Les Llosetes con el único objetivo de colaborar en los servicios que prestaba la de San Isidro, que continuaba siendo la propietaria de las instalaciones y de la concesión, según explicó Sergio García, abogado de San Isidro.

Les Llosetes negoció, por dejadez de la Cooperativa de San Isidro con el Ayuntamiento de Valencia, pero sin tener ninguna capacidad jurídica, para que el servicio de agua potable lo prestara el consistorio, resaltó Del Toro.

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Fruto de una supuesta deuda de Les Llosetes con el Ayuntamiento de Valencia, «Emivasa se ha hecho con el pozo y ha interrumpido el servicio», dijo Del Toro, que en su momento les advirtió que era de la Cooperativa de San Isidro y no de Les Llosetes. «Pero ni caso y así vamos más de dos años», recalcó.

Además, la CHJ abrió en 2013 un expediente para rescatar la concesión basándose en que el pozo tenía nitratos, que la cooperativa propietaria de la concesión ya no existía y que llevaba tres años sin dar servicio. Al final tuvo que archivarse por cumplirse el plazo de caducidad.

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Ahora bien en 2015, la CHJ volvió a abrir otro expediente para recuperar la concesión argumentando que las aguas contienen nitratos. En este sentido, Del Toro explicó que están recogiendo varias muestras al mes que se remiten a la Confederación en la que muestra que la presencia de los nitratos están muy por debajo de lo permitido.

Otro problema añadido, indicó del Toro, es que con el pozo cerrado no se puede servir agua a los agricultores de forma que se están perdiendo muchas cosechas, ya que los regantes sólo tienen acceso al agua de la acequia de Mislata que se sirve cada dos semanas.

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