La clave está en el color del humo

VALENCIA. La humareda de los incendios tiene consecuencias negativas, no solo en el entorno, también para los seres vivos que allí habitan. La inhalación por esta mezcla de partículas carbonáceas suspendidas en aire caliente y gases tóxicos pueden provocar disnea o la asfixia de las personas que lo inhalen. No obstante, en ocasiones también sirve para vislumbrar un incendio del cual no se ven las llamas pero sí una extensa columna de humo. Por otra parte, también puede indicar el tipo de vegetación que se está echando a perder, cuándo se ha iniciado la catástrofe, y en qué dirección se dirige.

Es decir, gracias a este componente residual se puede determinar qué tipo de fuego es e incluso si está extinto o no. En el caso del humo blanco, éste indica que los combustibles son ligeros como hierba o cereales, y que, además, dichos materiales tienen una cierta cantidad de humedad y al arder pierden el contenido en agua. El gris claro estaría vinculado a matojos de pequeño y mediano tamaño, mientras que el gris oscuro significaría que la quema corresponde a matojos grandes y arboladas de mayor dimensión.

Por otra parte, el color también determina el tipo de árbol. El amarillo indica que lo que se está quemando son pinos. Ahora bien, el marrón o color bronce puede indicar que los materiales que se están quemando son derivados de la madera. Aún así, es importante recordar que en muchos casos arden distintos tipos de materiales y por ende, el humo ya no es monocolor y resulta más complicado determinar el tipo de incendio.