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LAURA CHIRIVELLA
Jueves, 11 de agosto 2016, 00:27
valencia. Entre las causas naturales que originan un incendio, y que a duras penas suponen el 5% de la totalidad, también se encuentran los rayos. De hecho, la caída de un relámpago en plena tormenta eléctrica puede desencadenar un fuego inminente al impactar con un árbol o arbusto. Aún así, hay ocasiones en los que esta situación no se produce hasta pasadas más de 48 horas. Este es el caso de los conocidos como rayos latentes o dormidos. La humedad de la zona afectada por la lluvia, la elevadísima temperatura del rayo (que en algunas ocasiones puede llegar a alcanzar los 30.000 grados centígrados) y la falta de oxígeno en el interior del tronco conforman un cóctel que genera un proceso de lenta pero de progresiva combustión.
Comunitat Alerta media
Litoral Alerta media/baja
Interior Alerta media
Este rayo dormido es capaz de provocar un incendio, cuando las condiciones externas posibilitan que se inicien las llamas, y arrasar con toda una zona forestal hasta cuatro días después de haber alcanzado la tierra. Además, su mayor peligro reside en que únicamente pueden ser detectados por cámaras térmicas de infrarrojos capaces de determinar la temperatura latente en el interior de un objeto, ya que ni siquiera el humo es visible.
En este sentido, hay que destacar que el clima mediterráneo favorece la existencia de periodos estivales calurosos y secos, una combinación explosiva que puede desencadenar en los temidos incendios forestales.
Además, las elevadas temperaturas también propician las llamadas tormentas de verano con sus respectivas descargas eléctricas de forma natural que son las principales causantes de este fenómeno.
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